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El Viernes de Toros de “Floristero”

“Floristero” era el nombre de nuestro toro para la tarde del viernes. Un toro que elegimos el día del Lavalenguas, y que ansiábamos por ver cómo se comportaba en la plaza el Viernes de Toros.

La mañana del Viernes de Toros comenzó con toda la cuadrilla reunida en nuestro local dispuesta para dar la primera de las dianas de las fiestas. Mucha gente, muy buen ambiente, pastas y moscatel fueron los protagonistas de un animado paseo por la zona de la U-25 y los Pisos Verdes. Tras reponer fuerzas y colocar el cachirulo y banderillas bordados por nuestra secretaria en el cartel de la Cuadrilla, pusimos rumbo a la Plaza Mayor, desde donde partiríamos en desfile junto al resto de cuadrillas y peñas hasta nuestra Plaza de Toros. El momento de la entrada al ruedo de la Chata fue uno de los más bonitos de las fiestas. En el siguiente vídeo podéis ver nuestra entrada a la Plaza de Toros, acompañados por toda la Cuadrilla.

Nuestros carteleros dando la vuelta al ruedo Nuestros carteleros dando la vuelta al ruedo

El cartel de la Cuadrilla de San Juan con el cachirulo y las banderillas El cartel de la Cuadrilla de San Juan con el cachirulo y las banderillas

Nuestros jurados en los toros Nuestros jurados en los toros

La mañana del Viernes de Toros fue, contra todo pronóstico, muy divertida en el graderío. Los primeros tres toros en torearse (La Cruz y San Pedro, Santa Catalina y La Mayor) fueron tres muy buenas faenas, y entre eso, el buen ambiente que reinaba entre nosotros, las cervezas y bocadillos que corrían, y los guiños que los cientos de sanjuaneros que accedían al ruedo entre toro y toro nos hacían desde abajo, pasamos una mañana de risas y buen rollo. Tras finalizar el último novillo de la mañana, el de San Miguel, nos dirigimos de nuevo en desfile hasta la Plaza Mayor. Una vez allí y tras una breve parada, rumbo de nuevo a la Cuadrilla para comer. Nuestro cocinero nos había preparado unas exquisitas pochas con almejas tradicionales del Viernes de Toros, y unas carrilleras de toro. ¡Buenísimo todo! Cogimos fuerzas y de nuevo repetimos trayecto hasta la Plaza Mayor.

En esta ocasión, nos tocó desfilar en primer lugar, debido a que nuestro toro era el primero de la tarde. Ya en la Plaza de Toros, acompañados de secretarios y varios colaboradores, los jurados accedimos a la zona de toriles para que Leticia le pusiera el cachirulo a “Floristero”. ¡Lo hizo fenomenal! No pudo ser a la primera, pero sí a la segunda, y tras unos “Viva la Jurada” y unos brindis con champán, accedimos al palco de la Plaza de Toros, desde donde vimos cómo el novillero lidiaba a nuestro “Floristero”. Fue una pena que el cachirulo le durara tan poco y que uno de los pares de banderillas se quedara sin poner, pero la muerte de nuestro novillo en la Plaza fue espectacular. Una estocada perfecta que hizo culminar una gran faena. Dos besos al torero, un ramo de flores y un pañuelo de nuestra Cuadrilla, y de nuevo vuelta a la grada, no sin antes recibir de manos de dos buenos sanjuaneros dos de las banderillas de nuestro toro. No pretendíamos guardar ningún recuerdo, porque la habíamos elaborado para que estuvieran encima de nuestro toro, pero agradecimos mucho el detalle.

Diego y Fernan, dos de nuestros colaboradores, en el ruedo Diego y Fernan, dos de nuestros colaboradores, en el ruedo

La Jurada de San Juan poniéndole el cachirulo a "Floristero", nuestro toro La Jurada de San Juan poniéndole el cachirulo a "Floristero", nuestro toro

Leticia y Nacho durante la lidia de "Floristero" Leticia y Nacho durante la lidia de "Floristero"

La recompensa del novillero por su gran faena La recompensa del novillero por su gran faena

Disfrutamos ya con tranquilidad el resto de la novillada (¡qué largo se hizo el de Santo Tomé, San Clemente y San Martín!) y al finalizar, ya de noche, regresamos a nuestra Cuadrilla previo paso por la Plaza Mayor. Una buena cena, otra ronda nocturna por el barrio y enseguida nos pusimos manos a la obra para preparar las tajadas para el día siguiente. Llegaba el Sábado Agés.