Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 277. 5/6-12-2021. Primer contacto con Iten, Tierra de Campeones

En las dos entradas de la localidad keniana de Iten hay sendos grandes arcos en los que puede leerse, en inglés: "Bienvenidos a Iten, Tierra de Campeones (Welcome to Iten, Home of Champions). 

¿Quiénes son esos campeones? De manera muy resumida, aquellos atletas que desde hace algunos lustros, sobre todo a partir de los años 90 con algunos adalides anteriores, dominan despóticamente el atletismo mundial desde los 800 metros hasta el maratón.

Iten se encuentra en una de las ramificaciones del Valle del Rift, al oeste de Kenia, y es una de las poblaciones incluidas dentro del territorio de la etnia Kalenjin, que es a la que pertenecen la mayoría de esos 'campeones'. Si ya es abrumador que un país domine de ese modo la larga distancia (en el mediofondo tienen más competencia), aún lo es más si se piensa que los Kalenjin son aproximadamente siete millones de personas.

La motivación verdadera de nuestro viaje a Kenia es esta, la de conocer el lugar donde han nacido y crecido decenas de los mejores atletas de la historia.

Gracias a esa mítica que se ha creado en torno a los corredores de Eldoret (la ciudad más importante de la zona) e Iten, numerosos deportistas de todo el mundo de todos los niveles, sobre todo de la gran élite, eligen todos los años Iten para realizar una parte de sus entrenamientos. A la altitud que ya viene de serie (unos 2.400 metros sobre el nivel del mar), y al hecho de que se trata de una población tranquila de pequeño tamaño, se suma en los últimos tiempos la creación de numerosos establecimientos hosteleros de varios precios para que los atletas solo tengan que preocuparse de entrenar.

Y ahí estamos nosotros, en un bonito 'resort' al que todavía no he tomado fotos, el C&C, donde por un buen precio está incluida la pensión completa en unos apartamentos de muy reciente construcción, a unos diez minutos a pie del centro urbano, diez minutos de un camino jalonado a ambos lados por gran cantidad de pequeñas tiendas para comprar cualquier cosa que podamos necesitar.

Este sábado 4 de diciembre por la noche, después de visitar el Masai Mara, Nacho y los dos Sergios nos hemos incorporado a la miniconentración de varios atletas españoles que van a pasar varias semanas en la altitud del Valle del Rift keniano: los olímpicos en Tokio Daniel Arce (3.000 obstáculos), Marta Pérez (1.500) y Saúl Ordóñez (800, poseedor del récord de España), la campeona de España también de 800 Lorea Ibarzabal, y los igualmente mediofondistas Sara Pardilla y Elgar Lloret, quienes han participado en Campeonatos Absolutos de España de 1.500.

El domingo 5 ya hemos tenido nuestro primer contacto doble con el atletismo, primero como espectadores y después como protagonistas. Nada más desayunar, nos hemos acercado hasta el campo de fútbol de Iten. Allí terminaba la Carrera Contra la Violencia de Género.

Había dos pruebas, una para mayores de 50 años, de cinco kilómetros, y otra absoluta, de diez kilómetros. En esta última, los primeros clasificados ya son atletas de primera fila mundial. Los mayores aplausos, sin embargo, se los han llevado los de la prueba Master. No sé exactamente cómo organizaban los horarios de salida, pero lo hacen para que las llegadas de las dos carreras sean casi simultáneas, y para que la prueba femenina absoluta termine unos minutos antes que la masculina.

Después de aplaudir, hemos vuelto a casa para coger las cosas y marcharnos en un matatu (taxi-furgoneta colectivo) que hemos alquilado hasta Kaptagat. Le hemos pedido que nos deje en el centro de entrenamiento donde vive, entre otros, Eliud Kipchoge, para entrenar por los mismos caminos donde él lo hace. El centro estaba vacío por ser domingo, pero esos caminos sí estaban abiertos.

Allí, cada uno de nosotros nueve ha corrido lo que venía en sus planes, desde los 20 kilómetros hasta los tres minutos, en un precioso paraje y muy duro para los rodajes, por la altura y por las cuestas.

Para celebrar que era domingo, la comida no fue en casa sino en el hotel Kerio, con unas vistas espectaculares sobre el Valle del Rift. Tan bien se estaba en la sobremesa que regresamos de noche al hogar (anochece poco después de las 18.30), para cenar y batirnos después en duelo en una pocha en uno de los apartamentos.

Y este lunes ha sido el de asentamiento definitivo en Iten, con un paseo por el centro, un café en el Point View (otro local sobre el borde del Valle del Rift), bancos, tarjetas telefónicas, chanclas, fruta, supermercado, entrenamiento vespertino (los profesionales también por la mañana)... Parece lógico que cada año tanta gente elija Iten para mejorar su capacidad aeróbica y acercar con ello la consecución de sus objetivos cuando empiece la época de los dorsales y los jueces.