Después de mis 12 recomendaciones mundiales (verlas) y nacionales (verlas), hoy ataco con mis 12 recomendaciones de la provincia de Soria. Para quien no conozca el funcionamiento de esta trilogía, aclaro que son lugares o pueblos en los que he estado y que considero pueden gustar a la mayoría de la gente con este tipo de inquietudes.

No iba a perder mi tiempo y el vuestro citando la Laguna Negra, el Cañón, San Juan de Duero, El Burgo, Calatañazor… Citaré algunos más famosos y otros menos famosos, realmente no lo sé porque todavía no he pensado nada más que un par de cosas. Menos rollos y al jaleo. Allá voy.

1. Chaorna. No sé si fue desde la primera vez que lo visité o desde la segunda, pero ya hace mucho tiempo que mantengo que es el pueblo más bonito de Soria… después del de cada uno.

2. Ambascuerdas. También lo leeréis como Entrambascuerdas. Es un paraje impresionante, de estilo similar al de Castroviejo, pero sin una carretera que llegue hasta sus pies. Qué fácil y qué recomendable es perderse en él.

3. Almarail. El pueblo se está adornando con curiosas pinturas y esculturas. Además, la presa del río Duero conforma un paraje que, por mucho que te guste a ti, no te gustará más que a los pájaros.

4. Santa Ana. La Sierra de Santa Ana, la de las antenas, a la que probablemente no has subido nunca después de haberla visto un millón de veces. Nota importante de la dirección: no vale subir en coche si no hay impedimentos para hacerlo a pie.

5. Atauta. Alguna vez había pasado, pero hasta el año pasado no me detuve en él para pasearlo y para disfrutar de la visión de sus bodegas. Si le das la vuelta a la iglesia, te invito a lo que quieras.

6. Valdenegrillos. Tengo debilidad por Tierras Altas. He tenido épocas en las que he ido muchísimo, y raro es el año que no voy unas cuantas veces. Dentro de este planeta todavía hay lugares como Valdenegrillos.

7. Las lagunas de Alconaba. Es un paseo perfecto: llano, agradable, bonito, sin estridencias, cerca de Soria, ni muy largo ni muy corto, con bar en la llegada…

8. El Observatorio de Borobia. Ahora mismo está cerrado. Hay negociaciones entre el Ayuntamiento y la Diputación a ver si se abre en primavera. ¿Nos merecemos los sorianos un lugar así? Vamos a demostrar que sí cuando lo reabran.

9. Rioseco de Soria. Yo no juego al golf, pero un paseo por el campo que hay en Rioseco hizo que me apeteciera aprender. No se me ocurren muchos árboles más atractivos que las sabinas.

10. La presa de la Cuerda del Pozo. No me refiero al agua embalsada y a sus playas. Me refiero a la presa en sí, a la obra de ingeniería. Es posible visitarla poniéndose en contacto con la Confederación Hidrográfica del Duero.

11. Serón de Nágima. En su época fui varias veces. Luego estuve muchos años sin ir. Volví hace poco, no recuerdo cuándo ni con quién… ah, sí, ahora recuerdo. Me gusta muchísimo su castillo de tierra.

12. Laguna de Cebollera. Dejo para el final mi lugar favorito de la provincia de Soria y, por tanto, del mundo. Este verano vimos una docena de ciervos bañándose en sus aguas. La cámara de fotos estaba tranquilamente en casa.

Si alguien quiere más información de alguno de estos lugares, que busque en internet o que me pregunte. En la sección de ‘Autor’ tengo la forma de contacto: verla.

Hoy llega la segunda parte de esta trilogía de mis recomendaciones para 2015. Hablo de sitios en los que yo he estado, no de aquellos que me han gustado en fotografías o que una página muy viral de internet recomienda como lo mejor de lo mejor.

Ayer hablaba de 12 lugares del mundo con una única condición: que no estuvieran en España. Hoy citaré 12 lugares que sí están en España con otra única condición: que no estén en Soria.

1.- Menorca (Baleares). Fui varios años seguidos. Dormí en la Macarelleta, vi atardeceres en la Cova d’en Xoroi, comí langosta en el interior, paseé por las monumentales salinas y talayots, y llegué a conocer Mahón y su puerto como si fueran mi ciudad.

2.- El Hierro (Canarias). Una de las cuatro islas principales de la provincia de Tenerife. Fui en barco, buceé en La Restinga (uno de los mejores sitios de Europa), me desalojaron por el volcán submarino y apenas vi a nadie que no tuviera casa allí.

3.- Puertas (Asturias). Están a punto de empadronarnos, pero como no necesitamos papeles, nosotros ya nos sentimos casi de allí. Un pequeño pueblo del Concejo de Cabrales, en plenos Picos de Europa.

4.- Santa Comba de Bande (Orense). Galicia es otro mundo, y la iglesia visigótica de Santa Comba de Bande, un mundo de otro mundo. Fui un día que llovía como solo en Galicia sabe hacerlo, pero el templo me compensó la mojada. Debería volver una mañana de sol.

5.- Camprodón (Gerona). Allí pasé 15 días en 2002. En una finca me encontré un templo de San Esteban de Gormaz, trasladado en su día (algún día escribiré el tema). Es un pueblo bastante famoso, pero yo fui en octubre y no me encontré hordas, solo mucha naturaleza y mucha piedra tallada.

6.- El Zoo de Madrid. Por razones que no terminan de entenderse, no lo piso desde Tercero de BUP, lo que ahora es Primero de Bachillerato. Imagino que algún día tendré que sacar unas horas para regresar a uno de mis sitios favoritos de España, por mucho tiempo que pase.

7.- Valverde de los Arroyos (Guadalajara). La famosa Arquitectura Negra, la impresionante cascada de La Chorrera, tan cerca de Madrid y tan cerca de Soria. Una vez íbamos para allá por caminos, desde Tiermes, y una avería nos obligó a cambiar de planes.

8.- La Plaza del Rey (Barcelona). Me parece el sitio más bonito de la Ciudad Condal. Considerando el nivel de sus rivales, es mucho decir.

9.- Castroquilame (León). No solo Castroquilame en concreto, sino toda la zona de la Sierra de la Cabrera. Por el encanto de ir a sitios muy bonitos y no muy conocidos.

10.- Tembleque (Toledo). Mucha gente ha pasado a su lado pero solo un pequeño porcentaje ha hecho lo que Carlos y yo hicimos el año pasado, entrar a ver su gran plaza. Además, en los viajes largos conviene ir descansando.

11. Artajona y Ujué (Navarra). Las conocí las dos el mismo día y hoy no sabía cuál elegir. Impresionantes los dos pueblos. Quizás Ujué sea objetivamente más bonito, pero de Artajona no me esperaba lo que me encontré y por eso aparece en esta lista.

12. El Chorro (Málaga). No lo he pisado, pero lo he visto en el tren, yendo de Madrid a Málaga. Ahora no sé si pasan por allí los trenes. Da igual, ese salvajismo de roca hay que conocerlo.

Todavía no he preparado la entrada de mañana, la de los 12 sitios de Soria. Tengo algunos claros y los otros ya irán surgiendo.

La semana pasada escribí tres entradas sobre los lugares del mundo, de España y de Soria que me gustaría conocer en 2015. Luego estuve pensando: ¿Tanto me cuesta hacer tres nuevas listas, en las cuales ofrezca 36 recomendaciones de sitios que en su día me gustaron y que cualquier lector de este blog podría estar interesado en visitar?

Y a ese punto hemos llegado. Empiezo hoy jueves con 12 recomendaciones de fuera de España.

1.- Los templos de Angkor (Camboya). Ya sé que cualquier persona viajera tiene estos templos en su lista, pero también sé que cualquier persona viajera no está tranquila hasta que los tacha. Sin comparación en el mundo.

2.- Los Claustros del Bronx (Nueva York, Estados Unidos). Aquí ha salido mi sorianismo. En 2011 me di un larguísimo paseo. Atravesé todo Manhattan y llegué a estos claustros medievales donde se guardan algunas de las pinturas de San Baudelio de Berlanga.

3.- Mariestad (Suecia). Entre Goteborg y Estocolmo, a orillas del inabarcable lago Vanern. Estuve en verano. Paz y tranquilidad absolutas. La elegí al azar, porque el nombre me recordaba a Marienbad y me gustó. Fue un grande y casual acierto.

4.- Cairns (Australia). Allí estuve unos días en 2000 y un par de meses en 2011. Al final me sentía uno más de la ciudad. Selva y barrera de coral. Buceo, ambiente, relajación, viajeros, buen tiempo. Habrá una tercera.

5.- Monte Caseros (Argentina). Estuve en 1994, en diciembre. Un par de meses después eran los Carnavales, de los más importantes de Sudamérica fuera de Brasil. A mí no me hicieron falta Carnavales para seguir recordando esta ciudad de Corrientes.

6.- Los campos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia). El mundo sigue permitiendo la existencia de lugares así. Estuvimos casi una semana, en un maratón. Pensábamos que nos aburriríamos y al final no paramos ni un momento.

7.- Las 4.000 Islas (Laos). Yo llegué antes que el turismo masivo, que supongo que algún día acudirá. Allí vimos los delfines del Mekong y nos sentimos apartados de todo.

8.- Maze (Noruega). Allí me hice la foto que suele aparecer en algunos de mis perfiles. Fue en 2009, en junio, en mi mejor viaje: en bicicleta desde Lulea (Suecia) hasta el Cabo Norte. En aquellos días no escribía mis viajes, quizás algún día haga una reseña.

9.- Etretat (Francia). Otro lugar al que he ido dos veces. En Normandía, relativamente cerca de París. Si no conocías su nombre, es muy fácil que hayas visto fotografías de sus famosas formaciones rocosas.

10.- La Selva Negra (Alemania). Naturaleza exuberante pero tranquila, y pueblos preciosos. Para los que tenemos una afición especial por los nacimientos de los ríos, allí encontrarás las fuentes del Danubio.

11.- Lago Tilicho (Nepal). El azul más azul de todos los azules. Altísimo. Hay que tomar un desvío en el Trekking de los Annapurnas, pero merece la pena por el acercamiento y por el lago en sí. Abrigaos.

12.- Patricia (Canadá). Alquilé un coche y aparecí allí, en una aldea de Alberta con un único hotel al que pocos extranjeros acuden. Probé hamburguesa de bisonte y aparqué entre todoterrenos que parecían camiones, conducidos por locales adornados todos ellos por sombrero de ala ancha.

Me siento horrorosamente culpable por algunos lugares que se han quedado fuera de esta lista, pero así es este Valle de Lágrimas. Quizás en 2016 se me vengan a la cabeza.

Ver mis 12 propósitos del mundo en 2015

Ver mis 12 propósitos de España en 2015

Ver mis 12 propósitos de Soria en 2015

Este último sábado, día 10 de enero, un grupo de casi 30 personas subimos al Moncayo. Más concretamente, subimos al Peña Negrilla, situado al lado de la cima más alta de la provincia de Soria pero 200 metros por debajo. Ver fotos de la ascensión

Era imposible que el día estuviera más limpio. No conseguimos ver una sola nube. Como suele pasar en días así y desde cierta altura (aunque no hace falta subir a la montaña, se consigue desde puertos de carretera como el de Oncala o el Madero), se veían los Pirineos perfectamente.

Íbamos un grupo de gente de Ólvega y un grupo de gente de Soria. Alguien de Soria me dijo que alguien de Ólvega le había dicho que los Pirineos estaban a 150 kilómetros en línea recta, con lo que no era extraño que se vieran con esa claridad teniendo en cuenta su grandeza.

Me decía el de Soria que le parecían pocos esos 150 kilómetros, y empezamos a hacer cálculos mentales allí mismo. Efectivamente, nos parecían pocos esos 150 kilómetros.

Pero ya sabemos que, desde la invención de internet, no me gusta irme con dudas geográficas a la cama. Una de las mejores herramientas que conozco es la del Instituto Geográfico Nacional, el Visor Iberpix. Ver esta herramienta

Básicamente, son todos los mapas del IGN juntos, pero con muchas aplicaciones aparte. Entre esas aplicaciones, una de las más interesantes es la de calcular superficies y longitudes. En apenas unos minutos, porque hacía tiempo que no la utilizaba, descubrí de manera aproximada la distancia entre el Moncayo y la gran cordillera hispano-francesa.

Elegí dos puntos: la Mesa de los Tres Reyes en Navarra y Monte Perdido en Huesca. Son dos de las montañas más famosas de los Pirineos, la primera con 2.446 metros y la segunda con 3.355. Y resulta que llevaba razón el de Ólvega: del Moncayo a los Tres Reyes hay 156 kilómetros según calculé de modo muy somero. La distancia con el coloso Monte Perdido tampoco llega a los 200 kilómetros, pues se queda en 183.

Ya por curiosidad, me puse a calcular también la distancia entre las dos montañas de Soria más famosas, el Moncayo y el Urbión. Aquí imaginaba encontrarme una cifra menor, pero resulta ser de 89 kilómetros. Por supuesto, también se veía perfectamente desde donde estábamos.

Antes de ayer domingo, 11 de enero de 2015, murió la actriz sueca Anita Ekberg. Sus últimos instantes de vida sucedieron en una clínica de Rocca di Papa, a unos 30 kilómetros de Roma. Tenía 83 años, pues había nacido en la ciudad sueca de Malmoe el 29 de septiembre de 1931. En 1950 fue Miss Suecia, que es algo así como ser campeón de cross en Kenia o campeón de 100 metros lisos en Estados Unidos.

Si no hubiera protagonizado en 1960 ‘La Dolce Vita’, de Federico Fellini, probablemente pocas personas la recordarían 55 años después. El hecho es que no solo la protagonizó junto a Marcello Mastroianni, sino que dentro de la misma cinta grabó para la historia uno de los fotogramas más memorables que se recuerdan: Ekberg y la Fontana de Trevi, empatadas en exuberancia barroca.

Quien no sepa dónde está la Fontana de Trevi, es probable que la imagine presidiendo una de las grandes plazas de la ciudad de Roma. Y no es así. La fuente más monumental de la ciudad más monumental está entre tres calles (‘tre vie’, de ahí su nombre), y una de las sorpresas más agradables que podría vivir un turista sería encontrársela de repente, sin saber que está allí. Por eso siempre recomiendan las madres ir con algo de dinero en el bolsillo, para arrojarlo de espaldas a la Fontana de Trevi. He leído que cada año se recogen más de un millón de euros, que se reparten con fines solidarios.

He estado cuatro veces en Italia, pero solo una de ellas en Roma. Fue la primera de esas cuatro veces, hace algo así como veinticinco años, cuando era poco más que un bebé. Recuerdo muchas cosas pero solo citaré dos: la Fontana de Trevi estaba en obras e intentamos visitar los Museos Vaticanos un lunes, justo el día que permanecían cerrados al público. Por esas dos cosas al menos, y por la muerte citada, me he acordado de que en algún momento de los próximos años debo viajar al Lacio a reencontrarme con Anita Ekberg.

Escribiendo la entrada de ayer (aquí la tenemos), leí en una web muy famosa que el Castillo de Vincennes es el más grande de Europa de la Edad Media, que fue básicamente cuando se hicieron los castillos.

Como buen soriano, rápidamente me acordé de lo que hemos leído en nuestra provincia tantas decenas de veces: que el Castillo de Gormaz es la fortaleza califal más grande de Europa.

Entonces pensé… ¿Cuántos castillos serán el más grande de Europa? Hace algunos siglos, para encontrar una respuesta coherente a esa pregunta habría tenido que viajar durante años por todo el Viejo Continente, con una cinta métrica, para ir tomando las medidas de todas las fortalezas que salieran en los caminos a mi paso.

Ahora es suficiente con buscar un par de minutos en internet para encontrar al menos alguna respuesta curiosa, ya que en estas clasificaciones la precisión no es muy importante.

Junto a los de Vincennes y Gormaz, he encontrado otros dos que, en alguna cita bibliográfica, son aclamados como los más grandes de Europa.

Uno de ellos está en Polonia. Es el de Malbork (foto), a orillas del río Nogat, y está enteramente construido en ladrillo. Con los castillos pasa muchas veces una cosa, y es que son más impresionantes en fotografía que luego en la realidad. Pero a mí esas cosas me gusta comprobarlas personalmente, y desde luego las imágenes de Malbork invitan a que sea visitado.

El segundo-cuarto castillo del que he leído que es el más grande de Europa y del mundo, así como el más antiguo, es el de Praga, la capital de la República Checa. Este sí lo visité hace algunos años. Está bonito, es verdad, pero me gustan más cuando te los encuentras en un pueblo pequeño, en medio de la nada, como recuerdos de un pasado espléndido del que ya solo quedan esas moles y la esperanza de que alguna vez sirvan de nuevo para algo en el futuro.

Ya se sabe que cuando la locura terrorista golpea en el mundo occidental nos afecta mucho más emocional y mediáticamente que cuando se queda en ‘sus’ países. Por eso la locura que ha azotado Francia esta semana ha ocupado millones de horas de las conversaciones de los españoles y titulares a toda página en los grandes periódicos durante varios días seguidos. Pero ese no es el tema de este blog porque su autor se siente pequeño para tratar de decir algo sobre ello, aunque sí sobre algo que está relacionado.

El secuestrador que mató a cuatro rehenes en un supermercado judío lo hizo en Vincennes, un municipio integrado en el área metropolitana del gran París. Llega el Metro y llega el Cercanías, pero si vas por arriba, por las calles, encontrarás el típico letrero francés de todas las localidades en el que pone «Vincennes».

Cuando lo escuché se me precipitaron los latidos durante un instante. París es la ciudad del mundo fuera de España en la que más veces he estado (ver esas veces), aunque probablemente en otras he pasado más tiempo. Santi, mi mejor amigo de la carrera, se pasó allí varios años de su vida. También vivió Eva, otra amiga de la facultad. Casualmente, y aunque en diferentes pisos, han vivido en Vincennes o en el vecino municipio de Montreuil, ambos con una bonita actividad cultural fuera de la vorágine del centro parisino.

Cuando algún amigo mío va a París por primera vez y se le ocurre preguntarme algo, o incluso aunque no me pregunte, suelo decir lo mismo: «Intenta ir al Bosque y al Castillo de Vincennes». Creo que nadie me ha hecho caso todavía pero no por ello voy a rendirme.

Situado al Este de París, el Bosque de Vincennes es el mayor espacio verde de París, un poco más grande que su hermano mucho más famoso, el Bosque de Bolonia, ubicado al Oeste. He corrido y he montado en bicicleta en él muchísimas veces. Y conmigo, cientos de parisinos.

Como a lo mejor un parque no merece una visita cuando en el otro lado de la balanza están la Torre Eiffel, el Louvre, el Sagrado Corazón, Orsay, Versalles, las Tullerías, el Père-Lachaise, los Jardines de Luxemburgo… les recuerdo que dentro del Bosque está el Castillo de Vincennes. Y, entre otras muchas cosas, también está el zoológico, para los que no perdonen los animales cuando van a una ciudad nueva.

El Castillo es una construcción imponente. Fue edificado en el siglo XII y es parte fundamental para los amantes de la historia de Francia. Además de varios reyes que se casaron y que nacieron en él, mucho después de todo ello, en 1917, vivió el fusilamiento de la espía más famosa de todos los tiempos, Mata Hari.

¿Me acerco entonces al Castillo si voy a París? Si vas de viernes a domingo, a lo mejor no. Si vas más días, y si te gusta la práctica deportiva, yo me acercaría una mañana sobre todo por el Bosque, a dar un larguísimo paseo, a correr o a montar en bicicleta por sus anchísimas vías. Insisto, se llega en Metro y, si no, en el Cercanías (RER), con el cual no se tarda nada desde el centro.

Sobre el Castillo de Vincennes

El jueves hablaba de los 12 países del mundo que me gustaría conocer en 2015. Son estos.

Ayer viernes me quedaba más cerca y me refería a los 12 lugares de España que ojalá celebren mi presencia en el año recién comenzado. Son estos.

Hoy sábado termina la trilogía de esta saga con los 12 pueblos, parajes o atracciones de la provincia de Soria que quiero conocer en este 2015.

Dije que me conformaría con conocer uno de los 12 países. También escribí que me gustaría estar en al menos dos de los 12 lugares de España. Con Soria voy a ser ambicioso: firmo el 31 de diciembre haber conocido tres de los 12 puntos de la siguiente retahíla.

Los 12 destinos de Soria en 2015

1.- Conquezuela. Más concretamente, donde se juntan las aguas del Tajo, Ebro y Duero.

2.- San Felices. Más concretamente, el punto más bajo de Soria, en el Alhama. (Luego creo haber descubierto que hay un punto más bajo, el arroyo del Cajo según sale de Dévanos hacia Valdegutur, a algo menos de 600 metros)

3.- El circo de Relascorto. En cuanto que se lo diga a un amigo.

4.- La Caldera de Duruelo. En verano, a bañarme.

5.- El Toro Jubilo de Medinaceli. No conozco la polémica fiesta.

6.- El Parque del Románico de San Esteban. Lo he ido dejando, lo he ido dejando…

7.- Madruédano. Y, en general, toda esa zona de nombres tan bonitos.

8.- Cenegro. Necesito saber que es algo más que un cartel.

9.- La Calvilla de Espejo. Solo la he visto un millón de veces y no he subido.

10.- La Casa de los Poetas. Pilla tan a desmano….

11.- La cueva de Villaciervos. Me cuesta una llamada de teléfono.

12.- Puebla de Eca. Y su famoso rollo.

Escribía ayer, dentro de los tradicionales propósitos viajeros de comienzo de año, los 12 países que me gustaría visitar en 2015 (son estos 12). Me conformo con visitar uno. Hoy sigo con estas listas, pero me quedo en España. He formado una colección de 12 lugares de nuestro país, uno por mes, en los que nunca ha estado y que me gustaría visitar en el presente año. Siendo las distancias mucho menores que las de los países, y siendo por tanto mucho menor el presupuesto necesario, voy a intentar al menos tachar dos de estas 12 localizaciones. Ya solo me quedan 356 días. Mañana vamos con los de Soria.

Los 12 destinos de España en 2015

1.- Los Oscos. Ese territorio asturiano tan lejano del que frecuento.

2.- El Aneto. El pico más alto de los Pirineos.

3.- Morella. Típico pueblo extremadamente famoso que no conozco.

4.- Cuenca. De 2015 no pasa.

5.- La Playa de las Catedrales. A ver si es tan bonita de verdad.

6.- La Gomera. Poco a poco hay que completar las Canarias.

7.- El Aitxuri. Intentaré que sea el día de la Zegama.

8.- Urueña. Compraremos un libro.

9.- El Lago de Sanabria. Basta ya de dejarlo unos kilómetros a la derecha.

10.- Cabárceno. Me resulta extraño no haber estado todavía.

11.- El Parque del Capricho. En Madrid, podría ir andando desde mi casa.

12.- Peralejos de las Truchas. Un día tuve una reserva y tuve que cancelarla.

En numerosos blogs y páginas webs pueden verse en este primer mes del año propósitos viajeros para lo que resta de 2015. El nuestro no va a ser la excepción en este caso. Comienza hoy jueves 8 de enero una serie de tres capítulos con los que me gustaría que fueran mis destinos en el mundo, en España y en Soria.

Empiezo por los del mundo. He elegido una docena, uno por cada mes del año. Son países en los que nunca estuve. Realmente, me conformo con llegar al 31 de diciembre y haber visitado al menos uno de los doce. Pero como últimamente estoy en racha con la lotería, nunca se sabe.

Los 12 destinos del mundo en 2015

1.- Liechtenstein. Quiero saber cómo lo pronuncian ellos.

2.- Kenia. Animales y atletismo, dos de mis grandes aficiones.

3.- Colombia. En 2014 estuve demasiado cerca, física y técnicamente.

4.- Egipto. Necesito sentirme pequeño.

5.- Tuvalu. Para luego contarlo, decir que he estado en Funafuti.

6.- Cuba. ¿Quién no quiere ir antes de que se muera Fidel?

7.- Guatemala. Para subir el volcán más alto de Centroamérica.

8.- Mónaco. Si es posible, en la celebración del Gran Premio.

9.- Vietnam. Para recorrérmelo en tren de Norte a Sur.

10.- Japón. A ver a los amigos.

11.- China. El que me falta de los ocho más grandes.

12.- Rumanía. Siempre he tenido muchas ganas.