Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 239. 16-2-2020. Barcelona (2). Puig Castellar, Santa Coloma

Ayer (sábado 15 de febrero) estuvo dividido en varias partes. Tras el habitual desayuno con mi tía y amistades en el bar de abajo, esperé a mi primo Pedro, a quien había encomendado la labor de que me llevara a algún lugar sorprendente y no muy lejano.

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Y me sorprendió de verdad. Badalona y varios otros municipios de los alrededores están rodeados por la Sierra de la Marina. Alguna vez había escuchado hablar de ella y la había visto, pero me la esperaba ‘menos’ montaña.

Tampoco hay que imaginarse grandes alturas, desniveles ni terrenos inhóspitos, pero sí hace ilusión que al lado de donde viven cientos de miles de personas haya una amplia extensión de terreno donde es posible caminar por sendas y pistas durante kilómetros sin encontrar una sola carretera. Siendo sábado como era, es fácil imaginar que había por allí bastantes ciclistas, corredores y caminantes.

Nuestra ruta, de alrededor de hora y media, empezó y terminó en el mismo punto de Santa Coloma de Gramanet. Durante la misma, visitamos la ermita de Sant Climent, un dolmen natural utilizado en tiempos protohistóricos y el interesante poblado ibérico de Puig Castellar. En las tierras más bajas pudimos ver también el Monasterio de San Jerónimo de la Murtra, del siglo XV.

Acabado el paseo, comida en casa y siesta antes de sucumbir a otra de mis aficiones favoritas como es darme un paseo por el centro de Barcelona. Desde Badalona hay metro directo hasta Paseo de Gracia, así que no da mucha pereza. Caminé por las Ramblas y hasta el Borne para hacerle una segunda visita a Guillermo, en el hotel donde trabaja. Alrededor de las nueve estaba en casa y no mucho después en la cama, por culpa del madrugón de hoy del que ya he hablado antes.

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