Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 206. 25-3-2019. Italia, San Marino y Malta (10)

Un nuevo país, al que da nombre la pequeña isla de Malta

Una de las razones de este viaje era conocer nuevos lugares de Italia, algo que he hecho sobradamente. La segunda razón era la de ir visitando nuevos países. Si la semana pasada lo conseguía con San Marino, hoy toca con Malta, que comparado con aquel pequeño reducto montañero situado junto a Rimini parece hasta grande.

Pero no lo es. De hecho, con poco más de 300 kilómetros cuadrados, las tres principales islas de este país (Malta, Gozo, Comino) cabrían en el término municipal de Arcos de Jalón (Soria).

Mi día de hoy ha sido el último en Nápoles. Después de la larga caminata de ayer, hoy ya no he visitado nada. Me he levantado a correr, a hacer un poco de colada y a dejarlo todo preparado para el check out, que era a las 11.00. Después de un rato más en el hostal, he ido caminando hasta el aeropuerto, situado más bien cerca de la ciudad.

Ryanair me escribió ayer advirtiéndome de que, por razones de seguridad, el tránsito por las puertas podría demorarse, con lo que recomendaban estar tres horas antes. No sucedía nada de eso, pero yo he venido pronto por si acaso y porque así acostumbro.

Mi avión ha aterrizado con unos pocos minutos de retraso en el aeropuerto de Malta. Aun así, he podido llegar justo al autobús de las 18.00 que salía hacia donde me alojo, Sliema. Lo contrario me habría supuesto esperar hasta las 19.00, para la siguiente salida del X2.

Malta es pequeño, ya lo he dicho, y Sliema está a unos 20 minutos en coche del aeropuerto. Sin embargo, el X2 hace un larguísimo recorrido y me ha costado alrededor de hora y cuarto, ya en noche cerrada.

Mi parada estaba cerca del hostal. Se llama The Seafront Tower y pensaba que me había equivocado. Es un gran edificio de 18 plantas y muy elegante, pero la dirección de mi reserva coincidía con la de la recepción en la que me encontraba.

Al parecer, era un hotel de cinco estrellas reconvertido ahora a hostal mochilero, algo que jamás había visto. A ver si mañana me acuerdo de hacer una foto desde la terraza de mi habitación, en el noveno piso, situada a unos pocos metros del mar Mediterráneo.

He dejado la mochila y me he ido a dar un paseo al lado del hotel. Como me han dicho en recepción, está repleto de bares, restaurantes, locales... de todas las clases. Aún había algo de ambiente, así que me imagino que en verano, o ya desde dentro de unas semanas, tiene que estar a tope. Enfrente de nosotros, la capital, La Valeta, separada por unos pocos minutos de ferry de Sliema.

Bien pronto he regresado al gran hotel. La recepción está llena de personas apurando los últimos momentos del día con sus teléfonos móviles. Mañana conoceré Malta de día.