Tres medias maratones se celebran en la provincia de Soria. En febrero se corre en Navaleno la Autovía del Pinar, que lleva dos ediciones. En julio, la Media Maratón de El Burgo de Osma, que este año ha celebrado su decimosexta edición. Y esta tarde, la capital de la provincia albergará su Media Maratón número 32, un número importante.
La de Navaleno es lineal. La idea está muy bien, hacer una media maratón en pleno invierno en la provincia más fría de España, en uno de sus rincones más bellos. Tiene potencial. No sé qué intención tendrán para el año que viene.

La de El Burgo de Osma es la que más claro lo ha tenido desde su primera edición en el año 2000, la única vez que la he corrido. Se sale y se llega a la plaza Mayor y se da tres vueltas a un circuito que tiene que salir un poco del casco urbano para llegar a los siete kilómetros.
Y luego está la de Soria. En Soria se ha probado de todo: una vuelta, dos y, desde esta tarde, tres. ¿Por qué en algún momento la Media de Soria tenía un circuito de una sola vuelta? Porque hay una corriente muy extendida entre los atletas populares a los que no les gustan los circuitos de dos, y ya no digamos de tres.

A mí me dolería ir a Madrid o Barcelona y que me tuvieran dando vueltas, pero en localidades más pequeñas es habitual. De hecho, las de tres vueltas me gustan porque durante unos segundos disfruto el privilegio de correr junto a los mejores. También me da la sensación de que son las que más rápido se pasan, aunque los partidarios de una única vuelta piensan lo mismo de su opción. Son ilusiones ópticas: al final se corren 21.097 metros.
Lo único que deseo es que la Media Maratón de Soria tenga en unos años la importancia que la tradición atlética de la ciudad merece. El recorrido de cualquier media, aunque es lo que más horas de conversación ocupa entre los populares, es simplemente uno más de los seis o siete aspectos principales que debe cuidar una organización, ni mucho menos el más importante en el 95% de los casos.
Suerte a todos esta tarde.
