Cuenta una leyenda amerindia que hace muchas lunas el hombre blanco capturó a un gran jefe cherokee con la intención de obligarle a realizar la danza de la lluvia. En un principio, éste se negó sin importarle todas las vejaciones sufridas. Pero cierto día, provisto del tocado y las pinturas ceremoniales, llevó a cabo el ritual. Y una tromba de agua nunca antes vista cayó sin piedad sobre la ciudad arrasándolo todo.
Texto participante en el concurso de microrrelatos del blog amigo Microseñales de Humo.
Nunca llueve a gusto de todos. Jeje
No quieres arroz pues toma dos tazas. Jeje.
Eso hace falta que llueva que biene muy bien para los campos y para que no haya tanta sequía ….