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Remedios

1431850512_871030_1431851464_noticia_normalIctus, infarto cerebral, hemiplejia... Todo aquello le sonaba a chino. Tan solo acertó a entender algo cuando su padre, en un esfuerzo por recomponerse siquiera unos segundos del terrible mazazo, le explico que lo que le ocurría a mamá era que no sentía la mitad de su cuerpo, cómo si se le hubiera quedado dormido.

Durante toda la mañana el niño estuvo dándole vueltas a aquellas palabras. Pidió a los abuelos poder acompañarles esa misma tarde al hospital. Quería ver a su madre lo más pronto posible. Y ese deseo le llevo a subir a toda velocidad las numerosas escaleras del enorme edificio hasta alcanzar la sala de espera donde junto a la máquina expendedora de cafés, aguardaba la familia. Asintió con la cabeza cuando le preguntaron si estaba preparado para verla. Y arropado por unas cálidas manos sobre sus hombros menudos, entró en la habitación. La madre, toda ella de azul entre sábanas blancas, descansaba flanqueada por diferentes aparatos. Con una determinación que sorprendió a los presentes, el pequeño se acercó hasta la orilla de la cama. Tomó con delicadeza el antebrazo inmóvil y con un dedo previamente ensalivado trazó varias cruces como tantas veces ella hiciera con él cuando, de estar mucho tiempo sentado en la misma posición, se le quedaba dormida una pierna.

Ilustración tomada de la página web de Hora 14 Fin de Semana de la Cadena Ser