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Necesidad

Los días de viento, éste se filtra inclemente por las enormes grietas que atraviesan el atrio, arremolinándole las canas. Las mañanas de lluvia, insolentes gotas de agua se precipitan desde el techo buscando acertar en la lata de las limosnas. Así que el mendigo resuelve donar todas sus monedas para impulsar de una vez la ansiada reforma de la antigua parroquia.