Harto de verse defraudado cada vez que desenvolvía el regalo de los Reyes Magos, el pequeño decidió ese año no abrirlo.
¿Qué será? - repetía entusiasmado llevándolo consigo a todas partes con una sonrisa que ni el hedor a putrefacción que comenzaba a emanar del paquete conseguía borrar.
Ilustración: Lola Gómez Redondo