La noticia pronto se extendió por cada rincón de la República de las Letras. Miguel de Cervantes había sido encarcelado por haber quitado la vida a aquel loco hidalgo manchego. Sir William esbozó una leve sonrisa de satisfacción. Por fin se libraba de la molesta competencia española. Aquello bien merecía un trago. No bien hubo llenado el inglés la copa cuando llamaron a la puerta en nombre de La Reina. Al otro lado le aguardaba una orden de detención por la muerte de una enamorada pareja de nobles italianos.
Ilustración tomada de diariodecultura.com.ar
De ahí la censura de los regímenes totalitarios.
Ruiz Alonso llegó a decir sobre Lorca: «Ha hecho más daño con la pluma que otros con la pistola.»
No hay que alegrarse del mal ajeno, que luego…zasca, doble ración. El karma tiene estas cosas jijiji
Con todas las muertes que lleva Shakespeare en sus espaldas no hubiera vuelto a ver la luz del sol. Aunque en Londres de sol más bien poco.
La pluma es más poderosa que la espada…sin palabras,sin duda casi siempre duelen más las palabras que cualquier arma.