Se sirvió una copa de vino. Al menos eso me pareció desde el otro extremo de la larga mesa iluminada por elegantes candelabros.
Reserva del 82 – exclamó – Un año excelente.
Y estalló en una espeluznante carcajada que logró estremecerme por completo para a continuación, mostrando unos afilados colmillos, todavía salpicados del rojo néctar, preguntarme: ¿Y usted de qué año dice que es?
Ilustración: Lola Gómez Redondo