Mientras los medios de comunicación se hacen eco del hallazgo de los restos óseos de Miguel de Cervantes en la cripta del convento madrileño de las Trinitarias, en Alcalá de Ebro, la última crecida del río saca a la luz, por el desprendimiento de uno de los muros de la iglesia de la Santísima Trinidad, un desvencijado féretro con las iniciales S.P.
S.P y su inseparable R.
Por supuesto. Siempre juntos. Solo hay que recordar lo mal que lo pasó el pobre escudero cuando le desapareció el querido asno.
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Grande!!