Castigo divino 10 agosto, 2013 Raúl 2 comentarios Cuando comenzó el Diluvio, Matusalén lamentó que en novecientos sesenta y nueve años no se hubiese preocupado por aprender a nadar. Ilustración: Lola Gómez Redondo
Lo de desentenderse de los abuelos ya viene de muy lejos. Si no me equivoco, Noé, el del Arca, era su nieto. Responder
Se olvidaron del abuelito. Normal, tan pendientes como estaban de reunir una pareja de cada especie … Y, todo hay que decirlo, que estarían hasta el gorro de oirle contar una y otra vez las mismas batallitas. Responder
Lo de desentenderse de los abuelos ya viene de muy lejos. Si no me equivoco, Noé, el del Arca, era su nieto.
Se olvidaron del abuelito. Normal, tan pendientes como estaban de reunir una pareja de cada especie … Y, todo hay que decirlo, que estarían hasta el gorro de oirle contar una y otra vez las mismas batallitas.