
África es rica en muchas cosas, también en leyendas. A ella, que apenas lleva allí unas semanas, le apasionan sobre todo esas que hablan de árboles, como la del soberbio baobab o la del árbol del tiempo. Y con esos ojos llenos de agradecimiento tras la operación de tracoma, la anciana le explica que existe uno cuyas frondosas ramas invitan a un sopor profundo a quienes hasta allí se acercan. Una vez dormidos, sienten como todos sus temores y miedos les acechan cual feroces hienas pero es entonces cuando el árbol de robusto tronco aparece para espantarlos como un elefante proteguiendo a sus crías. Y al despertar, les invade una agradable sensación de tranquilidad.
-¡Que historia tan bonita! – exclama la oftalmóloga – ¿Y dónde se encuentra?
Entonces, la anciana toma de la mano a la voluntaria y sin decir nada, la lleva al exterior del hospital donde más pacientes con afecciones oculares descansan bajo un árbol esperando ser salvados.
Texto ganador en el VI Concurso Microrrelatos Solidarios Categoría Cooperación de la fundación Iluminafrica.
En la imagen, árbol asomado al río Duero en el camino a San Saturio cortesía de Javier de julián.
Enhorabuena Raúl. Ando muy perdido pero bueno, intento ponerme al día.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Muchísimas gracias David!!