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Cucarachas

cucaracha_318-63128La reunión de vecinos no defraudó. Fue tal y como se esperaba: gritos, reproches, improperios... Lo de menos era el orden del día. Daba igual si lo que se debatía era cambiar la caldera, colocar un buzón común para la publicidad o poner una rampa en la entrada que facilitara el acceso al vecino en silla de ruedas. Y aunque la lógica indicara que ésto último no podía generar ningún tipo de oposición vecinal, no faltaron los que se negaron rotundamente.

Aquella noche los vecinos disconformes, incapaces de empatizar con el de al lado, tuvieron el mismo mal sueño. Se hallaron ante un elevado muro en forma de escalón que les impedía poder llegar hasta su casa. Despertaron sobresaltados pero en seguida comprobaron que se trataba de una pesadilla y volvieron a dormir sin que esa desagradable experiencia les hiciera cambiar de parecer. Pero entonces un ruido ensordecedor les obligó a abrir los ojos de nuevo. Y se descubrieron como seres diminutos, aterrados al comprobar como dos gigantescas ruedas se abalanzaban sobre ellos sin hallar escapatoria pues a su espalda se levantaba esa maldita pared. Y esta vez la situación se presentaba demasiado real como para poder huir de ella.