Asistía resignado el poeta moguereño al fracaso de su propuesta de simplificar la ortografía, poniendo jotas donde las reglas gramaticales demandaban ges o eses en lugar de equis, hasta que en uno de sus habituales paseos matutinos, encontró la esperanza perdida en los torpes trazos infantiles de un cuaderno escolar.
Ilustración: Lola Gómez Redondo
Es mencionar a Juan Ramón Jiménez y venirme a la cabeza Platero. Ay, pobre burrito!!
Sin duda es su obra más conocida. Aunque no a todo el mundo gustó. Recuerda aquella carta que le escribieron Salvador Dalí y Luis Buñuel.
Juan Ramón era un poeta peculiar. Dicen que necesitaba taparse con una manta a la hora de escribir para que no se escapara la inspiración por los pies. Por no mencionar que no toleraba el más mínimo ruido.
No sabía yo lo de esa carta de Buñuel y Dalí.
Aquí la tienes, Juan.
Sr. Dn. Juan Ramón Jiménez
Madrid
Nuestro distinguido amigo: Nos creemos en el deber de decirle —sí, desinteresadamente— que su obra nos repugna profundamente por inmoral, por histérica, por cadavérica, por arbitraria.
Especialmente:
¡¡MERDE!!
para su Platero y yo, para su fácil y mal intencionado Platero y yo, el burro menos burro, el burro más odioso con que nos hemos tropezado.
Y para V., para su funesta actuación, también:
¡¡¡¡MIERDA!!!!
Sinceramente,
Luis Buñuel
Salvador Dalí
Como puedes leer no ahorraron en descalificativos.
Qué genial lo de la carta. Gracias por adjuntarla Raúl, no la conocía.
Ganas de provocar que tenían los amigos surrealistas.
Hoy 17 de Abril se cumple un año de la muerte de Gabriel García Márquez quien también abogó por jubilar la ortografía.
Recuerdo que leí un titular muy curioso ese día: «Oy a muerto Gabo»