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Chichen Itza

mayaCon el cuchillo de pedernal el sacerdote maya abrió la caja torácica y extrajo el corazón todavía palpitante. Apartó de una patada el cuerpo ya sin vida que se precipitó por la escalinata de la pirámide entre atronadores aplausos de los turistas. Por fin se habían deshecho del pesado del grupo.

Ilustración de La microbiblioteca