
Llegó a casa con una gallina en brazos recordando el cuento de Los huevos de oro que le leyera el día anterior su mamá. Ésta, al ver al niño, no pudo disimular su preocupación pues esa noche tocaba la fábula de El león y el ratón.
Llegó a casa con una gallina en brazos recordando el cuento de Los huevos de oro que le leyera el día anterior su mamá. Ésta, al ver al niño, no pudo disimular su preocupación pues esa noche tocaba la fábula de El león y el ratón.
Con gran solemnidad, el alcalde hace entrega a su vecino más ilustre de la llave del municipio. Éste se muestra desconcertado pues no recuerda haber visto en el pueblo una puerta de ese tamaño.