Blog | Periodista y cocinera

Una torrija diferente

Tiempo de torrijas. La Semana Santa llena las casas de ese aroma a canela tan familiar y un sabor que nos traslada a la infancia. No hay mucha ciencia en el arte de la torrija, y sin embargo, cada quién le da su toque especial, porque todo depende del pan, de cómo se empapan, de cómo se fríen, de cómo se emborrizan en azúcar y canela... Hay quien les añade licor o miel o un toque de naranja. Es un postre sencillo, barato y fácil de hacer y que gusta a (casi) todo el mundo. Confieso que no soy una gran fan de las torrijas, especialmente por la textura, pero lo cierto es que llegando estas fechas siempre me apetece alguna, a poder ser las que prepara mi madre, porque en tema de torrijas pasa como con las croquetas y la tortilla de patata, como las de casa, ninguna. Las tradicionales de pan son estupendas, pero aquí os dejo una receta distinta de torrijas, bastante testada. Se trata de una torrija cítrica, más fresquita que las de siempre, pero igual de rica. Para ello, cortamos unos rectángulos de buen tamaño de un brioche (el que se anime, también lo puede hacer en casa), tostándolos con mantequilla por todos los lados. Cuando ya estén dorados, les vamos inyectando zumo de naranja con una jeringuilla hasta que estén empapados. Mientras reposan, hacemos un salsa con limón, nata y azúcar. Para ello, calentamos el contenido de un brick de nata pequeño y le añadimos dos cucharadas de azúcar. Cuando esté disuelta, dejamos entibiar y le ponemos el zumo de un limón colado. Mezclamos y lo dejamos un rato hasta que espese. Sobre esta salsa colocamos la torrija, que podemos caramelizar con un soplete si la queremos más crujiente. Yo le añado unas gotas de caramelo de lima, gelatina de hierbabuena y ralladura de limón y naranja. Y queda muy buena. Probadla!!

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