Huertos de Soria me invitó a participar en #LaRecetaMásEcológica, un concurso que se explica en sí mismo en su título. Para ello, me enviaron una cesta llena de productos y el objetivo era crear un plato utilizándolos como elemento principal. Pero como los retos culinarios son lo mío, me impuse a mí misma hacer una receta utilizando e integrando todos los productos y nada más que los productos, exceptuando el aceite, la sal y algún que otro elemento decorativo. Eso sí, la condición es que resultara un plato vistoso y rico por encima de todo, de esos que apetece comer y no sólo son una bonita foto.
Mi cesta llegó con patatas, cebollas rojas, acelgas, lechuga, coliflor, zanahorias y naranjas. ¿Cómo hacer que todo ello casara en un plato? Después de dar varias vueltas di con la solución, al menos, con una de ellas: Crujientes de la huerta con crema de tres colores. Y este fue el resultado:
Para preparar este plato, empecemos por las cremas. La de color blanco se prepara hirviendo los arbolitos de la coliflor en agua con sal, a la que se puede añadir un poquito de leche. Una vez tiernos, se baten y se ligan con aceite de oliva virgen extra. El resultado es un puré sedoso y con un sabor diferente al de la coliflor cocida de toda la vida. Con un puntito de pimentón picante por encima, estupendo.
La crema naranja se prepara cociendo las zanahorias en rodajas y una patata también con agua y sal, y batiéndolas junto con el zumo de una naranja. El sabor del cítrico le aporta un aire diferente y resta dulzor a la zanahoria. Esta crema se come mucho en mi casa, usando calabaza en vez de patata. Para adornar y dar un contrapunto, unas aceitunas verdes picadas.
La crema verde se prepara cociendo las hojas de la acelga y de la lechuga, también con una patata para darle cuerpo. Obviamente, primero se cuece la patata y casi al final, las hojas. De esta forma se obtiene un bonito color verde, con todas las propiedades de las verduras y las hortalizas. Se bate añadiendo un chorrito de aceite de oliva virgen extra y se adorna con sésamo caramelizado.
Ya tenemos las cremas, ahora vamos a por los crujientes. Se preparan haciendo bastones de las pencas de las acelgas, a poder ser, de las parte interna, la más tierna. Se limpian de hebras y se mantienen un rato en agua con hielo. Se hacen también bastones de zanahorias y arcos de las cebollas moradas, cortadas en juliana gruesa. Se secan cuidadosamente, se pasan por una tempura elaborada con harina y agua mineral muy fría y se fríen en abundante aceite de oliva hasta que se forme una capa crujiente y ligera. Se ponen a punto de sal y se sirven juntos a las cremas calientes.
El contraste de los crujientes con los sabores de las cremas hacen de este plato una propuesta divertida y sana, especialmente para los más pequeños, que siempre son reacios a comer verduras y hortalizas.
Pues bien, esta receta formará parte del concurso junto con otras procedentes de otros blogs de cocina. Si os ha gustado, me gustaría que votarais por ella en https://www.huertosdesoria.org/alimentacion-ecologica/ . El plazo para votar comienza el día 28 de abril y termina el 14 de mayo. ¿Por qué pido tu voto?
- Obviamente, porque esto es un concurso y me haría ilusión estar entre los tres primeros.
- Porque el plato está muy rico. Palabra.
En cualquier caso, gracias por leer esta entrada. También gracias a Huertos de Soria por invitarme a participar. Los que me seguís desde Soria, conocéis de sobra esta iniciativa. Para los que me leéis allende los mares, sabed que Huertos de Soria es una empresa que se basa en la producción de productos ecológicos que nació como un proyecto de economía social de la mano de la ONG Cives Mundi para emplear a personas con dificultades para acceder al mercado laboral. Hoy cuenta con agricultores asociados y una apuesta clara por la calidad, el desarrollo sostenible, las buenas prácticas y lo local. Tienen una tienda física, pero sus productos también se pueden encargar online. En el siguiente enlace encontráis toda la información: https://www.huertosdesoria.org/tienda/quienes-somos/
En breve, mi experiencia en DiverXo.
