Blog | Periodista y cocinera

La Crepería, acogimiento familiar

La Crepería, o Creperie L´îlot du blé noir, tiene tres elemenos de los que siempre decimos los sorianos que hacen falta en esta ciudad: oferta diferente, buen trato y novedades. Las tres combinaciones han hecho crecer poco a poco a este pequeño local regentado por dos personajes felizmente 'sobrevenidos' a la hostelería que han demostrado dar con las claves del negocio. A veces todo es tan normal, como decía aquel...

Como no son cocineros, pero sí gente honesta, han mantenido la oferta de crêpes y galettes bretonas heredadas de la idea original de La Crepería, pero dándoles su toque personal. Las crêpes son un gran invento de la humanidad que funciona en salado y en dulce y que no exigen ser un Adrià en la cocina, aunque tengan su truco. Y ellos han aprendido rápido y bien. Por otro lado, nadie más ofrece este tipo específico de cocina 'francesa' en Soria, con lo que la singularidad está asegurada. La carta de crêpes se completa con una serie de ensaladas y otras especialiades de la cocina gala y más al norte, como la fondue o la raclette, que irremediablemente nos llevan a pensar en 'Axtérix en Helvecia' y en los calderos llenos de humeante y delicioso queso fundido.

Las crêpes se presentan generosamente rellenas y con ingredientes de lo más variados, aunque yo me inclino por una estupenda de Ratatouille, que también me recuerda a la deliciosa película de Disney Pixar y a una de las máximas que más me gustan e inspiran en mi propio camino entre fogones, aunque provenga de un dibujo animado: "Cualquiera puede cocinar". Cualquiera al que le apasione y se ponga con ganas a ello, añadiría. La sorpresa también llega en los postres, con especialidades caseras como los helados de endrinas, boletus o cítricos, con sabores originales que se agradecen, en el reino de las natillas y el arroz con leche. Y es espectacular la carta de destilados de todo el mundo, para los amantes de los buenos alcoholes.

image Crêpe de espinacas

image Crêpe de pollo

image Crêpe de Ratatouille

image Helados de cítricos, boletus y endrinas

Pero como Nano y Silvia son dos culos inquietos, la oferta gastronómica de La Crepería llega mucho más allá. Durante todo el año organizan veladas, catas, jornadas variadas dedicadas a la cocina japonesa, a la cocina vegetariana, a la sidra natural o al mismísimo Obélix, por supuesto, con jabalí asado. Para ello invitan a cocineros amigos, una fórmula que les va estupendamente, ya que el acogimiento familiar y el buen ambiente corre a cargo de la casa. El próximo 11 de abril, por ejemplo, Alfonso Romero (Trashumante) será el encargado de confeccionar un menú vegetariano y el 21 del mismo mes celebrarán la Feria de Abril con un menú típico andaluz y velada flamenca. El problema de estas jornadas es que el aforo se completa rápidamente, con lo que hay que estar atentos.

Captura

Abiertos a novedades y a colaborar con gente también inquieta, arrasaron en las pasada Semana de la Tapa Micológica con una crêpe de foie y helado de boletus, Churras con merinas, creación de Marcos García (Markocinando), su cocinero de cabecera. Y otro gran acierto ha sido El Santero, la cerveza artesana que ha creado otro Marcos, esta vez Sanz, padre de Caelia. Se trata de una mezcla de tres maltas inspirada en las cervezas belgas de abadía, afrutada y suave, que está increíble en su versión de barril. Tanto amor le profesan en La Crepería a su cerveza que hasta han creado un Gin Tonic con su espuma. Y está muy rico.

image Gin Tonic de cerveza (El Santero)

Con todo, lo mejor de La Crepería es el ambiente, lo bien que te sientes cuando entras y te saludan con cariño, te atienden bien, te ponen buena música, el buen rollo que reina, el calorcito en invierno... Una sensación única que sólo se vive en algunos bares, esos lugares tan mágicos donde se encuentra la gente. La gente buena.