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La noche en que la música me dio tequila

2013-02-06 17.16.39Yo la sangre la llevo en la música. Desde la primera canción que me hizo sentir cosas (que era del Chaval de la Peca, no te lo pierdas) hasta ayer mismo que estuve grabando unas canciones, he ido dejándole trocitos de mi alma a todas las notas que han querido contarme su historia y me han convencido. Igual por eso decidí hacerme músico, o igual me creo que fue cosa mía y en realidad fue ella (la música), embaucadora de ojos grandes, la que me engatusó y me hizo participar de sus juegos de sábanas aquella noche (puede ser que me diese tequila; de hecho parece la opción más plausible) y hasta hoy.

El caso es que nunca pensé que fuese a tener un blog de (sobre) música, lo juro. Se me antojaba entre demasiado fácil y muy obvio, justo al lado de las respuestas a "¿nos tomamos otra?" y "no hay huevos a..." y me está dando en la nariz que no va a ser ni demasiado fácil ni muy obvio (pero sí, nos tomamos otra; y sí, sí hay huevos). Si eres especialmente bueno en algo y siempre lo has sido, lo más normal es que si te pido que me enseñes a hacerlo no tengas ni parda de por dónde empezar a explicarme nada. Cuando es algo innato, el proceso de aprendizaje o es un recuerdo lejano o no has tenido el placer de conocerlo en esta encarnación, así que lo único que conseguiríamos es olvidar el asunto e irnos de vinos (pensándolo bien, ¿cuándo quedamos?).

A mí me pasa un poco eso. No estoy diciendo que sea buen músico, tampoco que sepa más que cualquiera. Yo disfruto de la música en todas sus facetas y lo que me apetece es compartirlo a ver si cuela. El problema (o la bendición) es que llevo tantos años en esto que te tengo que pedir que tengas paciencia, porque quiero enseñarte a amar (más) la música, y como no sé cómo, voy a tener que aprender a hacerlo sobre la marcha; y a disfrutar cada minuto.

Bienvenido.