Blog | Periodista y cocinera

10 básicos de la nevera sanjuanera

Estamos a punto de entrar en fiestas y parece que, con permiso de las tormentas vespertinas, el calor achicharrante va a predominar. Por eso mismo, y por el estrés que suponen estos festejos en los que no se para ni de noche ni de día, conviene tener la nevera surtida de alimentos y bebidas fáciles de preparar, frescos, apetecibles, capaces de restaurar nuestro organismo y compensar excesos de alcoholes y soles. Estoy segura de que a más de uno le ha pasado como a mí, que llega un momento en el que el hambre aprieta y acudes a cualquier bar en busca de algo que echarte al estómago, pero las multitudes arrasan con todo, y después de esperar un montón para acceder al pincho que sea, ya no hay pan, o ya no hay pincho. Lo mejor en esos casos es acercarse a casa, darse una buena ducha y tener en la nevera básicos como éstos:

egg-653301_1280 (2)1. Huevos. Son los reyes de cualquier despensa. ¡Cuántas cenas habrán salvado! No nos cuesta nada cocer media docena y tenerlos listos para preparar una ensalada clásica que se hace en un momento: con pimientos rojos y atún, por ejemplo. Para los cocinillas, mejor rellenarlos el mismo miércoles. El clásico relleno de atún y tomate se puede sustituir por caballa y aceitunas verdes, sardinas y pimientos rojos o todo lo que se nos ocurra. Otra buena alternativa de plato preparado con huevo es una buena tortilla guisada. De esta forma, sólo habrá que calentarla en su salsa para que esté perfecta.

2. Escabeche. En Soria no puede faltar. Es un plato típico de las fiestas, porque se hace con antelación, está muy rico y lo mismo puede comerse frío que templado. Al clásico pollo se pueden plantear variantes, como el lomo o el solomillo, sardinas o truchas o, por qué no, los mejillones que normalmente comemos en lata. Es sencillo. Hay muchas recetas de mejillones en escabeche, pero yo os doy una: colocamos en una olla grande un vaso de vino blanco, dos hojas de laurel y dos kilos de mejillones limpios. Los llevamos a ebullición con fuego fuerte y tapados. Una vez abiertos, los escurrimos, pero reservamos medio vaso del líquido de la cocción, colado. Separamos los mejillones de las conchas y los colocamos en una fiambrera o frasco donde los vayamos a conservar. En una sartén, freímos dos dientes de ajo fileteados en un vaso de aceite de oliva, junto con una hoja de laurel. Cuando el ajo esté dorado, retiramos la sartén del fuego y añadimos una cucharada de buen pimentón dulce, removemos para que no se queme y añadimos un vaso de vinagre de vino y el agua de cocción que habíamos reservado. Con esta mezcla, cubrimos los mejillones. Cuando estén a temperatura ambiente se meten en la nevera. Fácil y rico.

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3. Pastel salado. Otro gran comodín festivo. El pastel de pescado es un clásico, pero también se puede hacer de carne o de pollo. Para este último, picar dos pechugas de pollo, añadir dos huevos, un chorro de leche, cuatro a cinco zanahorias picaditas, sal, pimienta y un chorrito de Jerez o vino oloroso. Pasar la mezcla bien prensada a un molde y hornear a 170º hasta que esté cocido. También se puede enfilmar y cocerlo en el microondas diez minutos a máxima potencia, dándole la vuelta a mitad de cocción. Una vez frío, tendremos un fiambre para preparar deliciosas tostadas.

4. Gazpacho. No puede faltar. Al menos, no falta en mi cocina en todo el verano. Al clásico de tomate y pepino se pueden añadir frutas, como fresas, cerezas, frambuesas o sandía, sin que pierda su esencia ni su color rojo. También se puede variar el ingrediente principal, el tomate, y sustituirlo por aguacate, por ejemplo. El resultado será una sopa fría y vitamínica imprescindible en estas fiestas.

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5. Fruta. Tampoco puede faltar, como postre, como guarnición o como apertivio. La cuestión es tenerla lista y preparada para tomar. Por ejemplo, cortar la sandía o el melón en cuadrados de bocado y guardarlos en un recipiente hermético, al que habremos añadido unas gotas de lima, ralladura de limón, un golpe de pimienta o de miel... un pequeño toque para hacerlo diferente, aunque igualmente refrescante y apetecible. Convertir la fruta en gelatinas también es una gran opción. Es tan sencillo como añadir a un zumo natural la gelatina escurrida y cocida en un poco de agua.

6. Ensalada. La mejor alternativa es una ensaladilla, que se puede dejar preparada con antelación y siempre es una buena solución. Una variante es una ensalada muy clásica que siempre funciona: la Waldorf. Es sencilla, consiste en trocear apio y manzanas mezclándolos con nueces y aliñando con mayonesa o una derivada. Resulta una mezcla sorprendente, refrescante y diferente. A mí me gusta añadir a la mayonesa un poco de nata y trozos de pavo o pollo. Las variantes son infinitas.

7. Salmón. Curado, como dicen los Roca, aunque lo conozcamos comúnmente por marinado. Para hacerlo en casa y que resulte delicioso hay que ponerse hoy mismo. Colocar una plancha de salmón desespinado pero con la piel en una bandeja. Aliñarlo con una mezcla de pimienta molida, semillas de mostaza, un poco de gengibre picado, eneldo, zumo de lima y unas gotas de ginebra. A continuación, hacer una cama y cubrirlo con una mezcla de sal, azúcar y eneldo fresco picado. Ponerle un peso encima y dejarlo en la nevera hasta el día siguiente. Sacarlo, lavarlo y enfilmarlo, dejándolo siempre en la nevera, reposando unas horas. Después ya se puede filetear o cortarlo en cubos, para añadir a ensaladas o hacer tostadas. Ir cubriendo con la piel para que no se reseque.

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8. Arroz o pasta. Siempre hay un momento de las fiestas sanjuaneras en el que apetece un plato de pasta. Una alternativa diferente y sencilla son los fideos de arroz. Se preparan en un abrir y cerrar de ojos, dejándolos en reposo cuatro minutos en agua recién hervida y tapada. Y ya están listos. Mezclados con verduras salteadas a fuego vivo en una sartén, a la que podemos también añadir trozos de carne, pollo o gambas, y una salsa que nos guste (de soja, de ostras, de chile dulce...) y un puntito picante, tenemos un plato completo y delicioso en minutos.

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9. Salsas. Otro básico que podemos dejar preparado para añadir a una carne fría, una tosta de pan o cualquier otra combinación. Tener una buena salsa de tomate es tan sencillo como freír ajos y cebolla en una sartén, añadir los tomates picados, laurel, un poquito de pimentón, sal y pimienta. Se puede hacer en sartén, olla exprés (se tarda dos minutos) o en el microondas. Las variantes de la salsa de tomate española son infinitas. A mí me gusta convertirla en chutney, añadiendo azúcar moreno y una buena cantidad de vinagre. El resultado es una salsa agridulce con su punto ácido, espesa y brillante, que combina con todo. Tener estos días preparadas una vinagreta, una tártara, un guacamole o una crema agria (cortando nata con unas gotas de limón y aliñándola con sal, pimienta, hierbas aromáticas al gusto y un poco de aceite de oliva) es una solución rápida y sencilla para acompañar cualquier plato. Agradeceremos este punto de previsión.

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10. Pan. Por mucho que nos apetezcan platos frescos y ligeros, nada hay en la vida como llegar hambriento a casa y disfrutar de una buena tostada con lo que sea encima. Para eso, lo mejor es congelar desde ya rebanadas de distintos panes a nuestro gusto. Después será tan sencillo como meterlas en la tostadora o pasarlas por el horno. Con un buen tomo de queso cremoso fundido, unos trozos de manzana y un hilo de miel, deliciosa. También con un revuelto de huevo y gambas, atún y pimientos, ensaladilla, tomate y fiambre o chocolate con unas gotas de aceite de oliva y sal. Posibilidades, infinitas y todas ricas.

En fin, que de aquí al miércoles toca ser un poco previsor y preparar nuestra nevera para los 'ataques' que va a sufrir estos días. Después lo agradeceremos.

Felices fiestas.