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Cima 6 de 45. Zaragoza y Soria. Moncayo. 2.315 metros. 9-2-2014

Hoy nos ha hecho un día precioso para conocer el Moncayo, la sexta de las 45 cimas de este proyecto que va subiendo poco a poco. Ha sido la más multitudinaria de las expediciones. Voy a intentarlo sin mirar la foto: Adolfo, Chema, Cristina, David, Esther, Fernando, Guillermo, Jesús, José Vicente, Juan Luis, Luis Ángel, Miguel, Noelia, Óscar y los Sergios. Sin mirar la foto ha sido imposible.

Organizamos la excursión desde nuestro club, el Banzaii Antártica Asociación Soriana de Montaña. Elegimos el 9 de febrero hace unas tres semanas, sin hacer cábalas acerca del tiempo que podría esperarnos. Esta semana ha nevado mucho en Soria. Ha llovido y ha hecho frío. En las páginas de previsión del tiempo de las que más nos fiamos, sin embargo, ponía que para la mañana de hoy domingo no se esperaban precipitaciones, y que estas empezarían a la hora imprecisa de comer. Así ha sido.

A las 8.00, en la capital

La cita ha sido en el lugar de siempre, la Dulce Venus, y a la hora de casi siempre, las ocho de la mañana. Desde allí hemos salido catorce personas, así que ha sido suficiente con tres coches. Estaba el día cargado de nubes pero relativamente tranquilo. Según nos acercábamos a nuestro objetivo, seguíamos sin verlo. La solemne y solitaria mole quedaba tapada desde bien abajo por la niebla, algo frecuente.

Dentro de los numerosos puntos de partida posibles, hemos elegido uno de los más habituales, como suele ser la tendencia de este proyecto. Hemos empezado desde Cueva de Ágreda, uno de los pueblos más altos de la provincia de Soria. El aparcamiento está justo después de pasar el pueblo, a la izquierda.

Puestas las polainas, ajustados los gorros, abrochadas las mochilas, cerrados los coches y enchufados los programas de los móviles, nos hemos puesto a andar a las 9.15. De las 45 cimas, esta es la única que ya conocía, y siempre por este mismo recorrido de Cueva. El inicio de la ruta es muy tranquilo, con una inevitable tendencia hacia arriba pero muy agradable, entre pinos, robles y dejando el arroyo a la derecha, al menos según hemos subido nosotros.

Un San Bernardo y un dálmata

Ha tardado en empezar a aparecer la nieve, seguramente por las lluvias de los últimos días. También parecía en un principio que la niebla se iba levantando. Pero tarde o temprano tenía que llegar. A algo más de 1.700 metros, bajo nuestros pies solo había nieve. Y bastante dura. Es en ese momento donde empieza la canal más acusada. Ha sido necesario parar para ponernos crampones y raquetas, que nos han venido estupendamente a todos los que los llevábamos.

No éramos los únicos a los que nos había citado el Moncayo esta mañana. Veíamos a nuestra izquierda un pequeño grupo bajando Peña Negrilla y, enfrente, un aventurero solitario con dos perros, un San Bernardo y un dálmata. También hemos visto más gente después, pero no tantos.

Empezada esa canal, el paisaje ya era radicalmente diferente. Echar la vista atrás permitía disfrutar de espectaculares vistas de numerosos colores, todo el camino que habíamos andado. Delante, solo blanco y compañeros. El Moncayo en invierno es algo más que un paseo. Este tramo hasta la cresta tiene su inclinación y, si no hemos nacido para sufrir, conviene estar preparado. En verano es otra historia.

Niebla y viento

Según nos acercábamos a la cresta, se nos ha descubierto el Moncayo tal y como es tantas veces: cerradísima niebla que aconsejaba no dispersar el grupo y bastante viento, aunque lejos de las velocidades que se pueden alcanzar aquí. En otras condiciones, se puede ir girando a la izquierda antes de llegar a la cresta, y de hecho así viene indicado. Hoy no se veía nada. Nosotros hemos llegado hasta el cordal y es entonces cuando hemos doblado. Todo lo que hay al otro lado es provincia de Zaragoza. Apetecía llegar.

Alguno de los expedicionarios es más que experto en la zona. Sabemos que pronto vamos a llegar al vértice geodésico aunque sea imposible verlo. Es más, no lo vemos ni cuando llegamos a él. Este tramo no es completamente llano pero la subida fuerte ya se ha hecho. Los de atrás vemos que los de delante se paran. Ya estamos. Sexta cima.

De todo un poco

Me hacía ilusión que la subida al Moncayo fuera especialmente bonita, y así ha sido. Al principio hacía relativamente bueno. Después, el tramo nevado donde nos ha respetado todavía la niebla estaba precioso. Y para terminar, hemos conocido a la montaña como puede estar en invierno, áspera, peligrosa si no se la conoce.

Hemos tardado tres horas en subir y dos horas y cuarto en bajar. Ha habido algún resbalón sin importancia en el tramo más empinado. Ha empezado a nevar en este camino de descenso, aunque por suerte la carretera para volver a Soria no estaba peligrosa.

A los doscientos metros de coger los coches hemos vuelto a aparcarlos. No estaba el mediodía para comer los bocadillos al aire libre y teníamos que celebrar en el bar del pueblo que todo había salido bien. Hemos solucionado las dos situaciones a la vez. Muy buena caminata, y ya solo quedan 39 cumbres. Fer, espero tu canción. Tus canciones.

Ver ruta en Wikiloc

(En el mapa de abajo, la recta debería corresponderse con el tramo de la derecha, que es el de bajada, debido a una pérdida de conexión)

Punto de salida: Cueva de Ágreda, en la provincia de Soria. A unos 10 kilómetros de Ólvega y a 55 de la capital.

Distancia: En nuestro track salen 12,5, pero por un problema de pérdida de conexión en la subida. Lo hemos calculado, y son realmente unos 500 metros más, 13 kilómetros en total.

Desnivel: Cueva está a unos 1.300 metros y el Moncayo, a algo más de 2.300. Son más de 1.000 metros, por tanto. Al principio es suave, pero no hay tramos llanos ni de bajada.

Cuánto se tarda: Hemos estado cinco horas y cuarto, tres de ellas de subida. Ha sido un ritmo normal en un grupo de una quincena de personas.

Explícame cómo se sube sin literatura: Dejas el coche justo después de Cueva de Ágreda (viniendo de Soria) a la izquierda. Allí mismo sale un camino que se ve que se interna hacia la montaña. Lo agarras. Al poco rato, un kilómetro más o menos, se cruzan camino y río. Las marcas rojas y blancas del GR indican que hay que dejar el camino ancho y girar ligeramente a la izquierda, dejando el arroyo a la derecha. No pasaría nada por seguir. Hay un tramo largo paralelo al arroyo. Terminado el curso de agua en su nacimiento, empieza la canal. Tampoco hay mucha pérdida: siempre para arriba hasta llegar a la cresta, entonces, a la izquierda, y en diez minutos más o menos está el Moncayo. En días de niebla y nieve puede ser difícil encontrar el camino de vuelta, aunque a priori parezca intuitivo.

La canción de Fernando: (Zaragoza)

La canción de Fernando (Soria):