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Cima 40 de 45. Alicante. Aitana. 1.558 metros. 17-2-2018

Las 40. Con la consecución de la fotografía en la cima de Aitana, a este reto iniciado hace ahora cuatro años y medio exactos ya solo le faltan cinco etapas, que deberán ser cubiertas en seis meses para intentar cumplir el objetivo inicial de terminar la aventura en cinco años.

La ascensión al Aitana ha sido de largo la que más me ha costado de este reto y a la vez la que menos. La que menos, empatada de momento con otras como Badajoz, Pontevedra o Las Palmas, ya que a todas ellas he subido en coche y apenas he tenido que desplazarme unos pocos metros para encontrarme en el vértice geodésico.

La que más, porque no imaginé al comienzo de este viaje lo complicado y trabajoso que podría llegar a resultarme conseguir el permiso para subir a la cota más elevada de la provincia de Alicante.

En la cima En la cima

Igual que sucede con el Puig Major de Mallorca, una de las cinco que me faltan después de dos intentos infructuosos, la cima del Aitana se encuentra dentro de uno de los Escuadrones de Vigilancia Aérea del Ejército del Aire del Ministerio de Defensa de España. Concretamente, dentro del 5. El Puig Major está en el 7.

Con esta cima de Alicante, además, me sucedía otra cosa: no está especialmente cerca de Soria, tampoco está muy cerca de otra cima para borrar las dos en el mismo viaje, y tampoco es una de esas grandes montañas españolas que invitan a un viaje ex profeso. En otras palabras, que la fui dejando, la fui dejando… sabedor de que algún día tendría que plantearme ir a ella.

Y cuando inicié ese planteamiento y me puse a mirar en internet, me encontré con varias crónicas de ascensiones que terminaban al otro lado de la valla del EVA número 5, muy cerca del vértice geodésico pero sin llegar a él.

El permiso

Podía haberme conformado con eso, pero preferí no, preferí intentar conseguir el permiso. Para no ser prolijo, diré que llamamos a una persona para que nos ayudara en los trámites. Esa persona nos ayudó y ayer mismo, ayer viernes, recibimos esa llamada teléfonica en la que se nos informó de que efectivamente podíamos subir. Era suficiente con decir, al llegar a la valla, que éramos nosotros, y así ha sucedido.

Esta mañana, José Vicente y yo nos hemos citado en Soria a las 6.00. Hemos ido devorando kilómetros: Almenar, Calatayud, Daroca, Calamocha, Teruel, Segorbe, Sagunto, Valencia, Alcira, Játiva, Cocentaina, Benilloba, Alcolecha… Todo ello, más una parada para almorzar, nos ha dejado cinco horas y media después en la cima del puerto de Tudons.

Allí mismo empiezan los 6,7 kilómetros de la carretera hacia la cima de Aitana. Una gran valla blanca impide el acceso a los numerosos ciclistas que allí descansan. La zona es un paraíso del cicloturismo… y del ciclismo profesional. De hecho, una de las escasísimas veces en las que la cumbre de Aitana se abre a todo el mundo es cuando allí termina una etapa de la Vuelta a España, como sucedió por última vez el año pasado.

Una llamada telefónica

Como nosotros disponíamos de ese permiso necesario, hemos llamado al teléfono que aparecía en una pantalla junto a la valla. Tras una instrucción al cabo de guardia, pronto nos han abierto y hemos podido acceder al recinto militar. El paisaje que se va viendo es espectacular, una buena muestra del carácter tan montañoso de la provincia de Alicante.

Al llegar arriba, donde se encuentran todas las instalaciones y edificaciones militares, el cabo nos estaba esperando y nos ha precedido en su vehículo hasta arriba del todo, hasta el vértice, hasta donde queríamos llegar. Hemos tenido incluso la suerte de pisar nieve, unos pequeños restos de la importante capa que ha habido este invierno.

Nada más tomarnos la foto, hemos regresado por la misma estrecha carretera, hemos vuelto a atravesar la doble valla, nos hemos ido a conocer Guadalest (yo estuve en 1994) y nos hemos venido a Valencia al Campeonato de España de Atletismo en Pista Cubierta.

No era esperable que la cima más emocionante del reto fuera una que hemos alcanzado en coche, pero las dificultades no son solo la nieve, la distancia, los posibles accidentes en forma de lesiones, la lluvia, la niebla, las pérdidas…

Quedan pocos capítulos y todavía faltan algunas sorpresas, o al menos eso espero.

Punto de salida: Hemos llegado en coche hasta arriba.

Distancia: Nosotros, la imaginable. Hay bonitas rutas para llegar hasta la valla de unas tres horas de ida y vuelta.

Desnivel: Cero metros.

Cuánto se tarda: A conseguir el permiso, algunas semanas. Después, se puede subir en coche.

Explícame cómo se sube sin literatura: Lo dicho, si no se elige una ruta a pie, como sería lo pensable en un reto exclusivamente montañero, lo único necesario es conseguir el permiso y después poner ‘Sierra de Aitana’ en el Google Maps y seguir las instrucciones.

La canción de Fernando: