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La pasión secreta de Vivian Maier

En 2007 el joven John Maloof compra a ciegas en una subasta de Chicago un archivo fotográfico que había sido abandonado en un almacén, buscando material para ilustrar un libro que estaba escribiendo. Se encuentra entonces con unos 100.000 negativos que finalmente decide revender por internet porque no le sirven para su trabajo. Ignoraba que estaba en presencia de un sorprendente hallazgo.

Autorretrato, 1953 Autorretrato, 1953

No, no he copiado esto de la contraportada de un DVD, pasó de verdad, se trata del misterioso caso de Vivian Maier, una mujer que trabajó como niñera durante cuarenta años entre New York y Chicago mientras practicaba a la vez, y para sí misma, su afición por la fotografía.

La intención de Maloof de desperdigar estas fotos vendiéndolas a través de la red fue descubierta por el crítico e historiador Allan Sekula, quien le hizo tomar conciencia de lo que tenía entre manos. Desde entonces Maloof decidió dedicarse a clasificar y conservar el material así como localizar a Vivian Maier, la autora de esas fotografías tan especiales. Desafortunadamente, después de meses de búsqueda, cuando consiguió saber algo de ella acababa de fallecer dos días antes, en abril de 2009. Tenía 83 años.

Las fotografías de Maier contienen principalmente escenas callejeras de New York y Chicago tomadas entre los años 60 y 90. También hay imágenes de viajes que realizó a distintas partes del mundo y una buena cantidad de autorretratos con su Rolleiflex colgada del cuello. Debido a la cantidad y calidad del trabajo, así como a una forma de mirar impropia de su tiempo y circunstancias se considera hoy que su legado es uno de los más importantes sobre la cultura callejera americana de la segunda mitad del siglo XX. Aparentemente tomaba sus fotografías sin importarle mucho el resultado, personas que la conocían decían que nunca las mostraba a nadie; incluso muchas de ellas (30.000 negativos y cientos de carretes en color y blanco y negro) estaban aún sin revelar, ni siquiera ella las había visto.

Florida, 1957 Florida, 1957

No tenía amigos ni familiares y hacía fotos todo el tiempo, como documentando sus pasos en los que cada tanto aparecía ella misma reflejada en un espejo, siempre con la misma mirada, triste. "Tenemos que dejar sitio a los demás. Esto es una rueda, te subes y llegas al final, alguien más tiene tu misma oportunidad y ocupa tu lugar, hasta el final, una vez más, siempre igual. Nada nuevo bajo el sol", decía en una cinta encontrada entre sus negativos, junto con otras grabaciones de audio y algunas películas en super 8.

Actualmente su obra recorre las principales galerías del mundo y se está preparando un documental sobre su historia, Finding Vivian Maier. Sin embargo sus últimos años los pasó en un apartamento que le pagaban tres personas a las que había cuidado en la niñez, hasta que murió sola y en la miseria un par de días antes de que alguien por primera vez reconociera su talento.

Si pasan por Valladolid y están interesados, hasta el 8 de julio permanecerá abierta en la Sala de Exposiciones San Benito una muestra de 120 fotografías de Vivian Maier, 70 de las cuales son inéditas.