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Te quiero... pero sólo si me das la razón

Cuando a Albert Pla le cancelaron aquel concierto por decir lo que dijo me entraron las mismas ganas de esconderme debajo de la cama que siempre que un tema de estos salta a la palestra...¿Es que cada vez que alguien se tira un pedo nos tenemos que levantar en armas? ¿Qué es esto, el patio de un colegio? Porque tanto picarse me parece de críos...

No guste o no lo que dijo, nos caiga bien o mal Albert Pla, seamos o no seamos sus fans, nos parezca mejor o peor el asunto nacionalista... es UNA OPINIÓN. ¿Es que no podemos dejar de una maldita vez que la gente opine lo que quiera y hacer caso omiso de lo que no nos regale los oídos? Me juego el pescuezo a que algunos de esos que se pusieron como Truman, el día que estaban cantando “yo soy español, español, español” (a lo que tienen perfecto derecho) les habría sabido a demonios que hubiese venido el señor Pla a darles su opinión desde el lado contrario. Ah, espera... Que quienes están equivocados son los separatistas, ¿no? Qué curioso... Porque ellos, cuando estás en su territorio, dicen exactamente lo mismo... Es lo que tienen los absolutismos: que son taaaaaaan relativos... Y qué quieren que les diga, esa “solución” de cerrar las fronteras y tirar la llave, y no ir los unos al pueblo de los otros ni aunque sea para trabajar o de turismo... Como que no la termino de ver...

Albert Pla

Vamos, que jamás he creído que nadie tenga la opinión acertada en un tema en el que caben varias y variadas (la fuerza de la gravedad no es opinable; esto sí), precisamente porque las ópticas están para eso: para ofrecer distintos enfoques. Lo que me hincha los bemoles, simple y llanamente, es que nos la cojamos con papel de fumar. Partamos ya de entrada de que el hecho que levantó tantas ampollas no es que el señor Pla sintiese asco de ser español, sino QUE LO MANIFESTASE.¿Alguien que le siga medianamente de cerca, o tenga apenas una ligera idea de qué pierna le cojea al cantautor, se había hecho alguna vez la más remota ilusión de que el susodicho estaría orgulloso de ser español? ¿O eso nos la traía floja mientras nos gustase su música? Porque por más vueltas que le doy al asunto y por más que me cambio las gafas lo sigo viendo igual: Albert Pla es la misma persona, su música es exactamente la misma, y seguramente estas opiniones ya las tenía un mes antes de las declaraciones. Si te gustaba le seguías y si no lo ignorabas. Punto. Lo único que cambió es que lo dijo en voz alta y delante de máquinas que lo registraron. Una vez más: ¿qué demonios cambia eso? ¿Es que los personajes públicos que nos entretienen tienen que pensar, sentir y opinar lo mismo que nosotros? Por esta regla de tres, gracias a lo “majete” que ha sido siempre su cantante, Guns ‘n Roses no hubiesen vendido millones de discos, sino poco más de una docena... Sin ir más lejos, vayan empezando a quemar las camisetas de “la Roja”, señores y señoras míos y mías, porque me da a mí que todos los futbolistas que les entretienen no votan al mismo partido que ustedes, y es posible que alguno incluso opine que el pueblo del que usted se siente orgulloso es una birria y hasta que el plato típico de allí se le hace bola y las mozas no son muy guapas...

 la roja

Por otro lado me sigue entristeciendo que una vez más, incluso dado el “estado de conciencia general”, seamos tan fáciles de engañar como un burro con una zanahoria. Como ya estamos tan saturados de fútbol y “distracciones en positivo” similares, por enésima ocasión nos ofrecen un enemigo bien visible al que odiar con facilidad para que no prestemos tanta atención a los continuos y cada vez mayores misiles que nos siguen y seguirán introduciendo por la vía rectal. ¿A estas alturas de la película seguimos sin percatarnos de que nos están distrayendo como a imbéciles? ¿O es que ahora sí nos damos cuenta pero ya nos da igual? Pudiera ser... Quizá tanto sufrimiento nos está volviendo insensibles y nada más queremos mirar para otro lado y no vernos obligados a tomar conciencia de nuestra insignificancia y nuestra impotencia; a lo mejor tan sólo deseamos centrar nuestras miradas en una pequeña parcela delante de nuestros ojos y ocupar nuestras mentes en asuntos que medianamente, de un modo y otro, podamos controlar...

Mírenme a mí, sin ir más lejos, escribiendo esto...