Blog

Hablar del tiempo, hablar de nada

Si hubo una transición, yo no me enteré. No, no hablo del paso de la dictadura a la democracia; esa se escribe con mayúscula. A lo que me refiero es a cuando la climatología dejó de ser objeto de predicción y comenzó a ser noticia. Recuerdo de toda la vida el parte del tiempo, que te servía muy dignamente para saber qué ropa te tenías que llevar al viaje o si el maletero del coche debía ir repleto de sombrillas o de cadenas para las ruedas. No digamos ya el servicio que ha prestado desde siempre, en el día a día, a quienes se ganan la vida sentados al volante; a los que no nos movemos de nuestra base de operaciones casi nos basta con asomarnos a la ventana, aunque nunca está de más saber qué va a hacer dentro de un rato.

 eltiempo_spain-rain-201311272100

Lo que no recuerdo es cuándo fue exactamente la primera vez que vi el estado del astro convertido en noticia de facto y a posteriori. Supongo que en aquel momento, igual que ahora, me pareció una inconsistencia, por no decir directamente una sandez. Estamos en noviembre, por poner una época, y la previsión anuncia nieves en zona habitual y propicia para ello. Llega el día y nieva. La prensa se lanza como loca a registrar la caída de los copos y si cuaja o no cuaja en el suelo, y no sólo los medios locales de sitio pequeño donde hay pocas cosas que contar, pues los nacionales también lo hacen ya…

Pero vamos a ver… Si estamos en época de frío y lo habían predicho, ¿qué narices tiene de portentoso y de noticia que esté nevando? No es en el Caribe en mitad de agosto, ni los copos ascienden de abajo a arriba, ni son verde fosforito; es nieve monda y lironda como la que hemos visto cientos de veces y llega cuando le toca. Pues venga ciudadanos pegados al televisor, buscando las irrepetibles imágenes en internet o pidiéndole el periódico al de al lado “para ver si dicen algo de que ha nevado”… Luego nos mofamos de los británicos por sus acalorados debates sobre el tiempo…

 776143

A decir verdad, ya teníamos costumbre arraigada de consagrar el 90% de nuestras conversaciones cortas (ascensor, portal, cola del supermercado…) al Lorenzo y sus avatares, y a ustedes no sé, pero a mí que me digan que “el miércoles llueve” o “qué calor hace hoy” me llega al cerebro traducido como “me siento incómodo y ojalá no compartiésemos este momento ni este espacio”. La educación siempre está bien, pero una de tantas asignaturas que no nos enseñan en el colegio (ni en ningún otro sitio) es a callarnos cuando no tenemos nada que decir y a no esperar un acto verbal de parte de todo el mundo, aunque sea de una intrascendencia supina. Habría que probar a ver si surge el mismo efecto cambiando la temática, y tras el “hola” que intercambiamos con el conocido que se nos ha sentado al lado en el cine, mientras empieza la película, en lugar del consabido “¡vaya frío que se ha puesto!” le soltáramos “el sistema solar tiene nueve planetas”. ¿Que no es lo mismo? Bueno, el número es cuestión de saber contar, mientras que si hace frío o calor quizá sea más opinable…

Y ahí quería llegar, a mi concepto favorito de cada invierno: SENSACIÓN TÉRMICA. “Temperatura: 6ºC / Sensación térmica: -2ºC” Busquen, si quieren, en wikipedia o en un diccionario enciclopédico, y les dirá que depende de varios factores, pero que se trata de una percepción subjetiva ¿La de quién? Porque tengo un amigo que en plena nevada va tan feliz con una sudadera fina y luego mi compañera de oficina, mientras su termómetro de mesa marca 26ºC, dice que está “heladita de frío”. Y eso, ¿cómo se determina? ¿Nos preguntan uno por uno cuántos grados nos parece que hay y luego sacan la media aritmética? ¡Porque te lo dicen hasta con decimales! Yo en esos momentos me acuerdo de esos rebaños de pavipollos dándose pote con sentencias incontestables como “yo tengo trece años, pero tengo mentalidad de más mayor, de unos catorce y medio o quince”…

Pues aún así, dicho concepto es tratado en los noticiarios como si fuese ciencia exacta y palabra de Dios; de hecho ya hemos visto todos en más de uno de ellos cómo se antepone dicho espejismo sensorial a la temperatura real, pese a que algunos nos siga pareciendo que en realidad están hablando de nada y vendiendo humo.  “Marquitos, me da igual que tengas calor, ponte ahora mismo la bufanda, que han dado una sensación térmica de mucho frío”. Si se ríen es porque ya les coge mayores, pero pobres de los niños de ahora…

 freezing_man

En fin... Cuando éste que suscribe quiere saber algo de meteorología prefiere acercarse a medios especializados, con más rigor y menos afán de protagonismo, donde tratan el tema como la ciencia que es, al  fin y al cabo, y no como otra de esas payasadas en el dantesco circo de tres pistas en que se está convirtiendo el mundo de la información . Si me permiten el consejo, les recomiendo, sin salir de DesdeSoria.es, el Blog de J. Mateo Tierno, "Tardes de Tormenta"; aún después de todo lo que he podido despotricar en este artículo, me descubro leyendo con todo el interés uno de los que factura aquí mi vecino. Ya se sabe: cuando se escribe bien y de lo que se domina, hasta el apunte más técnico puede ser tan sabroso como una buena novela.

Postdata: dedicado a C.R.B.G. y a M.B.A.,  por la maravillosa noticia con la que nos han calentado esta fría mañana. MUCHÍSIMAS FELICIDADES.