Pues me acabo de enterar de que Taylor Swift ha quitado sus discos de Spotify. Sinceramente, qué lástima, porque por mi parte no va a ver un duro. Ya hará un par de años, decidió no sacar su disco Red en la plataforma de streaming hasta pasados unos meses "para aprovechar el boom inicial" (y sacarse unos cuantos cuartos en iTunes). Lo que pasó entonces y lo que pasará ahora (al menos en mi caso, usuario tipo de Spotify y enamorado del servicio desde antes de que estuviese de moda) es que me surtiré de las versiones "FULL ALBUM" de YouTube y de las "320 kbps" de cualquier nuevo amigo de cualquier parte del globo que sea tan amable de prestármelo hasta que la rubita decida volver a colgar sus discos en la plataforma.
Porque así es internet: la puta jungla.
Taylor dice que Spotify paga poco. Lo que no dice es que iTunes cobra mucho. Spotify, según esto, "suele pagar entre $0.008 y $0.006 por cada reproducción de un tema", pero cobra 10€ al mes. iTunes, por contra, cobra entre 6 y 10 € por album, de lo cual, según este post, el artista se lleva un 40%. Un album sin más, puede llegar a tener unas 200 escuchas de temas por mi parte a lo largo de su vida útil. En total son 1,4€ para Taylor por vía Spotify y 4€ por vía iTunes.
Simplificando y asumiendo (y esto no es descabellado), que la gente que usa iTunes y la que usa Spotify forman conjuntos disjuntos (o sea, el que usa Spotify, usa Spotify y el que usa iTunes usa iTunes), Taylor se está dejando de embolsar 1,4€ por usuario de Spotify; eso de primeras. A esto habría que añadirle la pérdida de todo ese número de fans potenciales que podría ir a sus conciertos y que podría recomendar su música a otra gente. En total, mucha peña.
En fin, que he encontrado una forma patatera de justificar mi cabreo con Taylor Swift por quitar su música de Spotify. Ahora, con vuestro permiso, voy a ver si encuentro su disco por YouTube, porque el último single es un temazo.
¡Disfrutad!
