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VIERNES DE TOROS, MIEDO MUCHO MIEDO… AL AGUA

El Viernes de Toros comenzó con la primera diana por el barrio.

A las 7:30 de la mañana la cuadrilla ya estaba llena gente empezando a trabajar. Son muchas las tareas y poco el tiempo, pero sobran las ganas: desayuno de los músicos, diana con el moscatel fresquito, las galletas y las pastas de la panadería Pinares (¡qué lujo de pastas!!!! estaban buenísimas!!), preparar todo lo necesario para la plaza de toros: bidones, hielo, botas y vino, bebidas, bocadillos… y que no se nos olvide la cinta adhesiva, bridas, cúter, corchos para las banderillas... Además había que adornar las cestas de los bocadillos (qué bonitas!!! con hojas verdes y margaritas como sabían que me gustaba), guardar el palco y trasladar todo, adornar el cartel, colgar las banderillas y el cachirulo… Sin olvidar preparar el cambio de monedas para los Agés, que el sábado no abren los bancos.

Y, así, llegó la diana. Mientras unos preparaban todo, otros llenábamos de alegría y color las calles del barrio. Me encanta cuando desde la ventana nos saludaban pequeños y grandes recién amanecidos. Las dianas y las rondas son divertidísimas y muyyy bonitas. Hay mucha gente que saluda desde la ventana pero también hay muchos que bajan a la puerta a charlar un minuto y a comerse una rica pastita o un traguito de moscatel fresquito. En todos hay tanto cariño… ¡Gracias vecinos de la cuadrilla de San Esteban!

Amaneció con un sol esplendido. Nadie podía imaginar lo que ocurriría en la tarde de toros. Con todo preparado para disfrutar de una bonita e intensa mañana de toros, bajamos a la Plaza Mayor. Encabezando el desfile iba el cartel de la cuadrilla perfectamente engalanado, con rosas y con el cachirulo y las banderillas que con tantísimo cariño habíamos preparado, para que lo luciera el toro Dominguero y así disfrutarlo por los vecinos de la cuadrilla.

Después de reunirnos todas las Cuadrillas, subimos en un animadísimo desfile hasta llegar a la arena de la plaza de toros. Allí, perfectamente organizado, fuimos pasando de una en una, todas las cuadrillas hasta dar una vuelta completa al ruedo. Es un momento muy bonito pero quizás el único en el que falta un poquito de calor humano. Se ve más cemento que personas. Una hora después… todo es bullicio y algarabía, los jóvenes ya se han despertado y acuden al festejo, unos dentro de la plaza y otros en los aledaños.

Pasamos una preciosa y animadísima mañana, con la alegría de haber conseguido un logro en el que los jurados de 2018 habíamos puesto mucho interés. Las corridas de toros del viernes son muy controvertidas por muchas razones. Siempre he pensado que hay tantas formas de diversión como personas y, por disparatadas que parezcan, tan validas unas como otras. El problema empieza cuando la diversión de unos entorpece la de otros. Los Jurados de cuadrilla de 2018, pusimos todo nuestro empeño en que se respetara la diversión de la gente a la que le gusta ver los toros de las 12 Cuadrillas, intentando evitar la invasión del ruedo después de la muerte de cada novillo y así evitar que el festejo se alargue excesivamente, lo que impide disfrutar del tradicional desfile de la bajada de los toros hasta la Plaza Mayor.

El Viernes de Toros de 2018, sin ninguna duda, ha supuesto un pequeño avance reduciendo la excesiva duración de la lidia. La puerta del “arrastre” se abrió cada dos toros como habíamos propuesto. Gracias a todos los que entendisteis que esto nos beneficia a todos. En la Plaza Mayor nos unimos los 24 jurados y celebramos la colaboración de los sanjuaneros. Vosotros hicisteis que este día todavía fuera más bonito. En nuestro nombre y en el del resto de los jurados… GRACIAS!!!!. No lo olvidaremos.

Y con la tarde, llegó el diluvio. De nuevo todo preparado y subida a la plaza de toros para lidiar los toros de las 6 Cuadrillas:  San Juan, Santo Tomé, San Clemente y San Martín, San Esteban, El Salvador, Santa Bárbara y La Blanca. Una fuerte tormenta impidió la tradición, la alegría y la diversión. La corrida se suspendió después de la muerte del segundo toro de la tarde perteneciente a la cuadrilla de Santo Tomé, San Clemente y San Martín. Sin terminar la lidia, jurados, secretarios y algunos colaboradores pasamos a la zona de toriles para que yo como jurada, le clavara el cachirulo a Dominguero. Esto no pudo ser. Banderillas y cachirulo volverían a casa despuntados pero sin lucimiento. Queremos dar las gracias a Eugenia por hacer tan magistralmente el cachirulo y las banderillas de la cuadrilla, al tío Abel y a la tía Merce por regalárnoslas, fue una bonita y emotiva sorpresa. También queremos dar las gracias a mis cuñados Marta y Cesar porque desde el principio tuvieron la misma intención y mucha ilusión.

No solo no dejaba de llover, sino que cada vez lo hacía con más intensidad. Presagiando tan dolorosa decisión, el alcalde y parte de la Comisión de Festejos nos reunió en el lugar para tomar una decisión. Decisión que no podía ser otra que la suspensión de la novillada ante la imposibilidad de realizar las faenas con la seguridad necesaria. Suspendida la corrida nos reunimos con los jovencísimos novilleros para comunicarles la decisión. Cristóbal Ramos ‘Parrita’ y Daniel Barbero agradecieron la comprensión mostrada. Nos hicieron participes de lo que lo que suponía para ellos torear y mucho más en Soria donde se sienten queridos y respetados como en pocas plazas. Les entregamos un pequeño detalle y un ramo de flores de agradecimiento a su voluntad. ¡¡¡¡Suerte maestros!!!!

Desde aquí queremos agradecer a todos: Corporación Municipal, vecinos, amigos, sanjuaneros… pero especialmente a nuestros compañeros y amigos jurados, Mariano y Ana María, Carlos Javier y María Cristina, Jorge y Marta, Manolo y Cristina, David y Raquel,  Miguel Ángel y María Elena, David y María, Julio y Nerea vuestra comprensión, vuestra empatía y vuestro cariño. Nos consta que sufristeis con nosotros. ¡¡¡Gracias amigos!!!

La verdad, fue una tarde triste, muy triste. Teníamos tanta ilusión…

Más tristes de lo que hubiéramos querido, regresamos al barrio y la cena nos estaba esperando. Comida, risas e ilusión renovada. El día no había terminado. Mientras un numeroso grupo hacía la ronda por el barrio, otros limpiaban la cuadrilla y preparaban las mesas para el sábado, muy prontito, tendríamos que colocar las tajadas con sus números y recibir con mucha alegría a los vecinos del barrio.

  

                                                            

FOTOS CARLOS ARLEGUI