Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 293. 5/10-8-2022. Seis días familiares en Cambados, Rías Bajas, Galicia

Hoy, 10 de agosto, finalizan seis días en familia en, palabras mayores, Galicia. Como Galicia es muy grande, nos hemos circunscrito a las Rías Bajas y, dentro de las Rías Bajas, a la de Arosa. Por terminar de hacer la primera concreción, hemos utilizado como base de operaciones Corvillón, una de las parroquias de Cambados. En el mismo hotel que mis padres utilizan de centro de operaciones desde hace 30 años, Casa Rosita, nos hemos hospedado esta vez. Desde allí hemos realizado algunas excursiones no muy largas casi a diario y hemos cumplido varias visitas a los amigos que mis padres han ido haciendo con los años. Aquí va, a modo de recordatorio, lo que hemos hecho estos días.

Viernes 5 de agosto

Tres días después de mis padres, salimos la rama más joven de la familia. Salimos a las cinco y poco de la mañana y, tras una parada para almorzar en Orense, llegamos sin problemas para comer a Casa Rosita. La tarde, como todas menos creo que una, la dedicamos a sestear ligeramente y a bañarnos en la piscina del hotel. Después, primera visita y primera excursión. Vamos hacia Villanueva de Arosa para conocer los Viveros Agrogrande de Cristina y Juan y el pueblo en sí. Vamos al pueblo y damos un paseo hasta la escultura dedicada al hijo más famoso de Villanueva, Ramón María del Valle Inclán. Cerca, una pasarela une el pueblo con la playa de El Terrón. A la noche, unos van al concierto de Amaia Romero a Cambados, con motivo de la Feria del Albariño, y otros a dormir.

Sábado 6 de agosto

Por la mañana, nuevo paseo en coche hasta una localidad muy cercana: Villagarcía de Arosa, donde no hay mucha gente en la playa y eso que es el día más caluroso y soleado (y tampoco tanto) que nos encontramos. Aparcamos justo en la entrada de la Playa de Compostela, ya en Carril, continuación de la Playa de la Concha en Villagarcía. Tras el paseo por el mercadillo y la visita 'equivocada' al privado Parque Compostela, nueva caminata con calor por todo este paseo marítimo de Carril, parroquia famosa por sus almejas dentro del paraíso del marisco que es Galicia. Volvemos andando al coche por el paseo Rosalía de Castro, poeta recordada en centenares de lugares gallegos. Enfrente de nosotros se ve la zona norte de la ría de Arosa, la península del Barbanza, en la provincia de La Coruña, con un incendio de más de 2.000 hectáreas en las cercanías de Boiro.

A la tarde, después de la hora y media en la generosísima mesa de Casa Rosita (entrante, primero, marisco, segundo y postre-filloa, así cada día), del café diario en el bar Capri de Marta, Clara y compañía, de la siesta y del baño, hacemos una escapada a la Feria del Albariño de Cambados. Es sábado, agosto y estamos en una festividad de interés turístico internacional. Por tanto, miles de personas, sobre todo más bien jóvenes, disfrutan de las casetas con su copa colgada al cuello. Cambados lleva 70 años festejando a su mundialmente famoso vino blanco. Finalizamos la visita con una vuelta por las ferias antes de volver a casa.

Domingo 7 de agosto

Después del también abundante desayuno en el hotel, elegimos la Isla de Arosa para pasar la mañana. Vamos a las preciosas y pequeñas playas del Parque Natural de Carreirón. Hay niebla y la temperatura no es muy alta todavía. Casi nadie se baña en el Atlántico pero sí hay bastante gente. En el regreso en coche, visitamos sin detenernos el pueblo en sí de la Isla de Arosa, pues esta isla es también un municipio con ese mismo nombre.

Las cuatro-cinco horas del mediodía transcurren igual casi a diario: vermú en el Capri, larga comida, café en el mismo lugar del vermú, habitación y piscina. Anochece casi a las diez, así que en ese sentido tampoco corre la prisa. Hoy, en dos coches, nos dirigimos de nuevo a la Isla de Arosa, al pueblo, para cenar en el Triskel con Juan, Cristina, Sergio, Christian, Lúa y Marta. Como casi siempre en Galicia, impresionante. De camino hacia la Isla, los del coche 1 hemos visitado el bonito Mirador de Lobeira, con unas vistas espectaculares que hoy no son completas de 360 grados como consecuencia de la niebla.

Al menos, hemos subido una pequeña montaña y entrado en una cueva más pequeña aún para llegar con hambre a la cena, después de ver un precioso atardecer sobre el mar. De regreso, ya a medianoche, llegamos de chiripa al borde de ese mismo mar para ver los últimos coletazos de los fuegos artificiales que ponen fin a la Feria del Albariño, abarrotada una vez más.

Lunes 8 de agosto

La noche del domingo y el lunes completo son los únicos días en los que Casa Rosita cierra su restaurante, con lo que no podemos disfrutar de la pensión completa y hemos de buscar otras alternativas, algo que apenas reviste dificultad. Nos separamos de nuevo en dos grupos. Empezamos visitando la Torre de San Sadurniño, antiquísimos restos que son un símbolo de Cambados y de su defensa contra los pueblos del norte de Europa.

Desde allí, visita a dos de los lugares más famosos de esta zona de la ría de Arosa. Primero, a la celebérrima y tan bonita y bien presentada Isla de La Toja, donde de nuevo nos juntamos los seis. Visitamos el Museo, hacemos alguna compra, y entramos en la preciosa capilla de San Caralampio, conocida sobre todo por estar forrada completamente de conchas de vieira.

De La Toja, todavía más bien temprano porque no somos enemigos de madrugar, vamos hacia otro de los lugares fundamentales de esta comarca de Salnés, comarca de la provincia de Pontevedra de la que no hemos salido durante toda nuestra estancia. Ese lugar es la inmensa playa de La Lanzada. Empezamos visitando la ermita junto al mar, que nos encontramos cerrada por apenas unos minutos, y la concluimos dándonos un paseo nublado por la contigua playa de Espiñeiro, donde numerosos jóvenes aprenden los secretos del surf con algunas de las escuelas aquí ubicadas. 

Como hoy no tenemos la comida en casa, elegimos otro lugar que conocen bien mis padres, O Muino da Chanca, en Dena, en el concello de Meaño, donde intentamos comer más suave y lo conseguimos a medias, a base de raciones. Desde ahí, antes de volver al hotel, hacemos la última parada semiturística del día, para conocer la subasta de la Lonja de Cambados. Habíamos estado por la mañana y nos habían dicho que la subasta del marisco era a las cuatro y la del pescado a las seis, así que hemos visto cómo iban vendiéndose las almejas finas, las babosas, las japónicas, los berberechos, las navajas... mientras los pulpos, las rayas y demás esperaban para ser subastados un par de horas después.

Tras el paso por la habitación y por nuestra otra sede diaria, toca fiesta. Son las fiestas de la parroquia de Corvillón, y nos acercamos hasta la Campa da Festa. En el mismo escenario donde luego tocará la orquesta se celebra la misa, aprovechando la buena tarde. Hay niñas vestidas de comunión, gaiteros y varios hinchables y otros juegos. Allí quedamos con Vicente y Genoveva, en cuya casa tomamos algo antes de volver a cenar al Capri y acostarnos.

Martes 9 de agosto

Aunque había estado ya dos o tres veces en los días previos en Cambados (además de que ya lo conocía de otras estancias y visitas anteriores en Casa Rosita, aunque hacía años), realmente me faltaba todavía darme una vuelta por su lugar más famoso, el Pazo de Fefiñanes. Así que me he acercado bien pronto esta mañana para darme una vuelta por el centro: Fefiñanes, la Calzada, el mar, Asorey, el mercado, Ramón Cabanillas... 

Pronto estoy de vuelta en el hotel, donde de nuevo nos dividimos. Uno de los dos grupos regresamos a Villanueva de Arosa para despedirnos de Cristina y Juan en su vivero y en su tienda, y para ver las obras de arte que Juan ha realizado y que se conservan en el salón parroquial de Caleiro: una reproducción de la iglesia de la parroquia y un cuadro de San Isidro elaborado a base de granos.

Por la tarde, visitamos el Estero da Seca, un estuario situado a un centenar de metros de Casa Rosita, así que al lado de casa disfrutamos de abundante fauna avícola, del Camino del Padre Sarmiento (una de las ramificaciones del Camino de Santiago), del Molino de Mareas y, de nuevo, del ambiente de la fiesta de Corvillón.

Se acercan las últimas despedidas: tomamos algo de nuevo con Vicente y Genoveva cerca del hotel, y regresamos al Capri para decirles hasta la próxima a sus propietarias. Disfrutamos de nuestra última supercena en Casa Rosita, sin privarnos de nada una vez más para cerrar un ciclo de cinco noches en esta inigualable y tan especial tierra que es Galicia, en la que ha sido la primera visita de la pequeña de la familia. También le ha encantado.

Miércoles 10 de agosto

Los más veteranos del grupo nos hemos levantado poco después de las seis de la mañana para regresar a Valdeavellano de Tera, después de detenernos en Becerreá y Astorga para comprar carne y cecina, en Navaleno para comer, y en Abejar para tomar café. Ya estamos de nuevo en el hogar soriano, recordando el calor que habíamos conseguido olvidar en nuestra familiar estancia gallega.