Con la excusa del cumpleaños materno, ha tocado pasar un par de días en Madrid. Y con la excusa de la visita a la capital y de que estamos en invierno, ha tocado visitar la Sierra madrileña. Esta mañana hemos estado en Navacerrada y en Valdesquí, pasando por Cotos y su famosa Venta Marcelino, que el año que viene cumple cien años, donde no hemos hecho parada.
El grueso de la estancia matutina ha sido en Navacerrada, donde habremos estado hora y media en la que hemos visto a un par de famosos (un atleta mediofondista y un periodista deportivo televisivo), además de un suculento plato de torreznos de Soria en el bar del almuerzo.
A pesar de ser entre semana, había bastante gente, algo también lógico dados los millones de personas que viven en Madrid, su gran número de turistas, la estupenda mañana que hacía y el hecho de que todavía hay varias pistas abiertas. Además de muchos coches, había más de media docena de autobuses de escolares.
Por curiosidad y por dar una vuelta, nos hemos acercado hasta Valdesquí. En el camino, muy umbrío, había mucha más nieve. En Valdesquí todavía quedaba gente tirándose con los esquís o las tablas, pero el grueso de los visitantes ya estaban en el bar tomándose el vermú o empezando a comer.
Desde ahí nos hemos regresado hacia la capital, con parada en Tres Cantos para comer con César.
