Bajando a España por Biarritz y San Juan de Luz
Después de que Sergio y Vanessa corrieran ayer la media maratón de Burdeos (ver lo que pasó), hoy no había especiales ganas de madrugar, ni ganas ni necesidad. Hemos dedicado la mañana a holgazanear un poco en el salón, mientras veíamos el fútbol y nos íbamos preparando para el regreso.
Hemos salido de casa poco antes de las dos del mediodía, y hemos decidido volver por el centro de Burdeos. Pensábamos que ya estaría todo abierto después de todo lo que se preparó ayer con esa media maratón y con la maratón completa.
Playa de Biarritz
Pero nos hemos equivocado. Nos han hecho retroceder mientras íbamos dejando el Garona a la izquierda, así que hemos aprovechado para parar y comer en el mercadillo que se coloca junto a los Quays el domingo. También hemos hecho alguna compra típica, queso y vino.
Habíamos decidido que, para aprovechar el viaje, podíamos entrar en Biarritz y San Juan de Luz, y así ha sido. En Biarritz había bastante gente, aunque suponemos que poca al lado de la que habrá según vayan llegando la primavera fuerte y el verano. Aun así, se repiraba tranquilidad, principalmente porque lo que más se oía eran las aguas del océano Atlántico. No sé si será habitual, ni sé cómo puede ser vivir en un lugar con ese sonido tan fuerte y penetrante. Supongo que se acostumbrará uno. Ver acrobacias en la playa
Biarritz
Poco después hemos parado en San Juan de Luz, donde yo ya había estado en 2000. Hace 15 años fui un día de julio, con la playa a tope de gente y una temperatura buenísima para bañarse. Hoy era diferente. Ya era bastante tarde y a lo más que nos ha dado tiempo es a admirarnos de la grandeza de la superficie arenosa de esta localidad ya muy cercana a España.
Alrededor de las 22.00 horas hemos llegado a Soria. Burdeos está cerca. Merece la pena emplear un fin de semana en acercarse a verla desde Soria. Si no se le tienes miedo a los madrugones ni a conducir de noche, incluso con sábado y domingo es suficiente.