Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 189. 17-11-2018. Colombia (7). Prolongo mi estancia

Un par de semanas mas por aquí

Escribo estas líneas el 18 de noviembre.

Antes de ayer 16, como dije, quedamos para cenar en Provenza con los amigos de Medellín que conocimos en la Ciudad Perdida y algunas personas más.

Estábamos al lado de mi hostal. Ellos cogieron un taxi y yo iba también a dormir. Cuando estaba a un par de minutos del hostal, un tipo con una moto me dio un golpe con la mano.

Más allá de la impresión, no me dolió nada hasta llegar al hostal, donde sí que empecé a notar alguna molestia. Bajé a recepción y tenía atrás una pequeña herida y un minichorro de sangre. No sé que llevaría el tipo en la mano porque sucedió todo en medio segundo.

Me lo limpió el recepcionista, pero no me gustaba nada la historia así que llamé de inmediato a Juan y Juanita, de quien acababa de separarme. Vinieron en coche rápido y, mientras dilucidábamos, llamé al seguro, el que me hice en 2011 y renuevo anualmente con el deseo de no utilizarlo. 

Me llevaron en su coche a la Clínica Las Américas, que es donde me mandó el seguro y uno de los mejores sitios de Medellín, según me tranquilizaron mis amigos.

Mientras solucionaba el tema del seguro ya en el hospital, llegó la Policía para ver qué había sucedido, pero yo no pude aportar ningún dato más del que estoy aportando aquí, más allá del lugar más exacto.

En la clínica, en bien poco rato, me limpiaron la herida, me la cerraron con un par de puntos y me hicieron una radiografía en la zona torácica.

La médica me tranquilizó desde el principio diciéndome que no era nada feo ni grave, pero quería hacer una segunda placa en cuatro o cinco horas para ver la evolución. Fue entonces cuando Juan y Juanita marcharon también a casa para descansar ese rato. Era algo después de la una de la mañana.

Dormí algo más de cuatro horas en el box de Urgencias que me asignaron.

Cuando desperté para la segunda placa, ya estaba llegando Juanita con mis cosas. Esa segunda placa evidenciaba que todo estaba muy parecido, pero tanto la doctora como su recambio de turno quisieron consultar con el cirujano. Todas las constantes (tensión, oxígeno en la sangre, pulso, auscultación) eran correctas.

El cirujano acudió y me dijo que la herida, aparte de necesitar esos dos puntos para ser cerrada, había dejado un poco de sangre en la pleura por la fuerza del golpe, demasiado poco como para hacer ningún drenaje. 

Resultado 1: dado de alta, una pastilla antiinflamatoria al día durante una semana y vida normal terrestre (comida, viajes en autobús, caminar...).

Resultado 2: ese pequeño hemotórax me impide volar durante 15 días, según me firmó el cirujano en un papel, arrancando de mi cabeza cualquier idea de acortar el plazo. Tampoco le insistí mucho porque cualquier persona entiende lo que es la salud.

Así que me quedo otras dos semanas por Colombia. Ya no será turismo sino trabajo, pero sí escribiré alguna entrada más porque tengo idea de visitar otro lugar, el mismo al que debería haber viajado la mañana siguiente a lo sucedido. El resto del tiempo lo emplearé como si fuera una jornada laboral... con el condicionante del cambio de hora (seis horas menos aquí).

A raíz de este suceso, quiero mostrar mi agradecimiento a:

-El recepcionista. Por cómo me trató y por cómo trató de quitar hierro al asunto... aunque sus consejos médicos por suerte fueron desoídos.

-El seguro. Sí, ya sé que lo pago y que es su trabajo, pero da tranquilidad que con una llamada de ida y otra de vuelta solucionen un tema tan importante aunque la cabeza esté más por el otro lado. Es Seguros Ocaso a través de su relación con Europ Assistance.

-Clínica Las Américas. Desde los que me recibieron al principio hasta los que me despidieron al final. Tuve suerte de que sucediera en Medellín y de que el seguro me mandara allí.

-Juanita y Juan, con extensión a familiares y otros amigos. Por los dos días antes del golpe y por los dos días transcurridos desde entonces, cuando hace apenas una semana que nos conocimos... Sin palabras. Escribo desde su hogar estas líneas. Estas son cosas que tiene el mundo de los viajes.