Blog | Periodista y cocinera

Y más novedades

Son novedades, pero no tanto. Primero, porque ya hace un tiempo que han abierto, y por otra, porque los responsables son bien conocidos dentro de la hostelería soriana. El imperio de los hermanos Arranz se amplía, esta vez, hasta la plaza Mayor de Soria. A los restaurantes Casa Garrido y Piscis hay que sumar estos establecimientos céntricos que ocupan los espacios de los antiguos Mesón Isabel y Casa Augusto. El primero, y bajo el nombre de Ágora, se ha convertido en un lugar para tapear distinto, con un toque exótico y original que se apunta a la moda de los baos taiwaneses, esos pequeños panes al vapor que admiten los más variopintos rellenos. La carta es reducida, pero la mano artesana se nota y los bocados, que llegan en sus correspondientes vaporeras de mimbre, están realmente ricos. Si tuviera que elegir, el de pulled pork se llevaría la palma, seguido del de boquerones fritos con aliño dulce de piparras: sabrosos, jugosos y diferentes. Hay que comerse varios, eso sí, si se quiere cenar únicamente a base de baos.

Completa la carta informal con una serie de platos que combinan sabores exóticos con productos de la tierra. Confieso que no he probado aún los postres, pero todo tiene un sello casero que ya es una garantía.

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La segunda propuesta de los Arranz ha sido remozar la antigua Casa Augusto, cuyo nombre han mantenido añadiendo su apellido, convirtiéndolo en un bar para tapear en la barra (no hay que olvidar que estamos en plena plaza Mayor) y un restaurante elegante y espacioso al fondo. En esta ocasión, la carta es más extensa e incluye raciones y menús, además de platos para elegir de la carta. Sabores más tradicionales y reconocibles con algún toque más atrevido componen la oferta de la nueva Casa Augusto, donde los Arranz despliegan su saber hacer: boquerones, mollejas de lechal, el triunvirato soriano por excelencia (migas, torreznos y picadillo), setas de temporada, trufa, alubias pintas con morro, bacalao al horno, paletilla de lechal, cochinilla frita, ensaladas varias.... y una buena selección de postres caseros. La Casa Augusto Arranz es un nuevo templo del buen comer.

Los hermanos Arranz hacen una doble apuesta y 'revolucionan' el panorama gastronómico soriano con una propuesta clásica y otra más arriesgada en pleno corazón de la capital ampliando la oferta en esta zona. Experiencia y fama bien conseguida les sobra. Solo falta que el público acompañe.