En este ensayo, el autor sostiene que el templo fue erigido en el siglo X en memoria de los musulmanes caídos en la batalla de Alhandega, que fueron convertidos en Mártires de la fe por Abderramán III.
Las últimas investigaciones indican que la batalla de Alhandega tuvo lugar en las inmediaciones de Castrabo, una fortaleza ya desaparecida. Un lugar documentado en un escrito encontrado en la catedral de Osma y fechado en 1136, que lo asigna como aldea o pedanía a la Comunidad de Villa y Tierra de Caracena.
Sostiene también el adnamantino D. Raúl Romero que las pinturas del ciclo animalista y cinegético de la ermita encierran un simbolismo de asombrosas referencias a las batallas de Simancas y Alhandega, ocurridas en el mes de agosto del año 939, y que supusieron un hito de extraordinaria importancia durante la Reconquista, pues los musulmanes no conquistaron territorio al norte del Duero nunca más (excepción hecha de las razzias de Almanzor a finales de ese mismo siglo X).
Aún más, el autor data su construcción entre los años 953 y 956, e intuye que la misma se pudo encargar a un arquitecto de Medina Azahara, una vez finalizada la construcción de la ciudad palatina de Córdoba en el año 953.
Todas las imágenes del templo son alegorías de las batallas, de la ascensión de los guerreros caídos al Paraíso, representada siempre por medio de una palmera, árbol sagrado para los musulmanes y citada hasta en 134 ocasiones en el Corán.
Incluso la pequeña cueva en la esquina sur de la ermita es un símbolo de la cueva de Hira, lugar sagrado para los musulmanes, muy cerca de La Meca, donde Mahoma recibió la revelación del Corán.
Y el denominado coro de la ermita, que el autor asigna al mirhab desde donde el imán dirigía sus oraciones hacia la "quibla" o "alquibla", la pared orientada al sureste, adonde los fieles dirigían sus oraciones, arrodillados bajo la "mezquitilla".
Todas las pinturas, como "la caza del ciervo", "la cacería de liebres" o "el halconero", son preciosas alegorías poéticas de las batallas de aquel verano del año 939.
Comenta el autor que el próximo sábado 27 de mayo estará presente en la explanada de la ermita para hacer una visita guiada en el templo desde las 10:30 horas, en varios turnos durante toda la mañana. Una actividad que repetirá durante el mes de agosto, en una campaña de divulgación de "La Extremadura Soriana", la web educativa elaborada por él mismo como vicepresidente de la Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español (www.extremadurasoriana.com)
Una ruta cultural por el sur de la provincia que intentará el desarrollo del gran potencial turístico que tiene, no solo monumental, sino también inmaterial, y que contará con el apoyo de la Asociación de Guías Oficiales "Río Duero" de Soria, para comercializar la Ruta en la temporada de 2024.
En esta tierra labró su porvenir Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores (dominicos); se escribió el Cantar de Mío Cid por Per Abat, párroco de Fresno de Caracena; se pintaron las tres joyas de la primitiva pintura románica en San Baudelio, San Miguel de Gormaz y Sta. Cruz de Maderuelo; se conserva el beato mejor acabado del siglo XI (el "beato" de Burgo de Osma); se construyó el entramado defensivo más importante de Europa en la Edad Media (la Red de Atalayas árabes), y fue la cuna de señeras figuras de notable importancia histórica como Fray Tomás de Berlanga, el Padre Diego Láinez o D. Miguel Pérez de Almazán.
Un patrimonio de enrome importancia, que servirá para impulsar el desarrollo de un turismo cultural sorprendente y absolutamente necesario para la zona.