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Numancia: las claves indescifrables de un desplome que nadie vio venir

A falta de cuatro jornadas, el Numancia era noveno. Ha perdido siete posiciones en esos cuatro partidos, las justas para descender a Segunda RFEF
Numancia-Cornellá
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CRÓNICA DEL PARTIDO

Al término de la jornada 25 de la recién terminada temporada, el Numancia marchaba en la octava posición del grupo 2 de la Primera RFEF, a siete puntos del descenso, a siete del ascenso directo y a tan solo cuatro del quinto puesto, el último que da derecho a jugar la fase de ascenso a Segunda división. En la jornada 26, el Numancia empató y se colocó a solo tres puntos de ese quinto puesto.

Era más que legítimo pensar en jugar esa fase de ascenso con 12 partidos por delante. De esos 12 encuentros, el Numancia ha ganado uno, ha empatado cinco y ha perdido seis. El desplome ha sido tan contundente que, a pesar de depender de sí mismo este sábado, era complicado ser optimista con lo que se pudiera ver en Los Pajaritos. Y así ha sido: triunfo 1-2 del Cornellá, que sale del descenso y se mantiene, a costa de un Numancia que vuelve a la zona de descenso por primera vez después de más de 30 jornadas en el momento más inoportuno, cuando ya no se puede hacer nada para salir de ella.

El presidente Santiago Morales y el entrenador Pablo Ayuso se han referido en sus palabras tras el partido a una realidad muy similar que puede explicar en parte lo sucedido al final de temporada. Morales ha reconocido que al principio de temporada se pudo pecar de exceso de optimismo cuando se hablaba de los objetivos del equipo, pensando más en donde estaba hace 2-3 años (fútbol profesional) que en donde estaba hace unos meses (Segunda RFEF).

Ayuso, en esa línea, había dicho unos minutos antes en rueda de prensa que al equipo le ha podido faltar esta campaña "humildad" para afrontar la Primera RFEF. El año pasado, el Numancia consiguió un gran éxito al ascender de Segunda RFEF a Primera RFEF al quedar primeros de grupo. No se dio la importancia merecida a ese logro, con lo difícil que es quedar primero en una competición de 18 equipos.

Diego Martínez, autor en el banquillo de aquel ascenso, fue el elegido para la nueva aventura, la primera de la historia en Numancia en la nueva Primera RFEF. El riojano dirigió 11 partidos al equipo con una trayectoria capicúa: derrota-empate-derrota-empate-victoria-victoria-victoria-empate-derrota-empate-derrota. Con esos cuatro últimos resultados, el recién ascendido Numancia pasó de estar en puntos de promoción de ascenso (11 en siete partidos) a estar en puntos de descenso sin entrar en él (13 en 11 partidos). Fue despedido.

Le sustituyó Iñaki Bea, un perfil difícil de conocer porque carecía de experiencias previas como primer entrenador en España. Estuvo 23 partidos (ocho triunfos, ocho empates, siete derrotas). En esa jornada 34 en la que fue despedido, el Numancia llevaba una racha de un triunfo en nueve partidos. Aun así, las buenas prestaciones previas le permitían ocupar la novena plaza de 20 equipos, a cinco puntos del descenso.

La derrota de aquel día 1-3 ante la SD Logroñés fue lo que necesitaba la directiva para escuchar a la afición que hace ruido: despido de Iñaki Bea un par de días antes del partido en cancha del Osasuna B, que se jugó extraordinariamente en jueves por la final de Copa del Rey de dos días después entre Real Madrid y Osasuna. El Numancia llevaba 45 puntos y su nuevo entrenador pasaba a ser el soriano Pablo Ayuso, segundo de Martínez y de Bea. Nadie en la directiva pudo pensar que podría suceder lo que ha sucedido

Cuatro jornadas después, el Numancia ha terminado la campaña con 46 puntos. Con 47 habría tenido alguna opción de salvarse y con 48 se habría salvado seguro. Los tres partidos perdidos por el Numancia de Ayuso han sido por la mínima. Los dos primeros (en casa del Osasuna B y de la UD Logroñés) con goles rivales después del minuto 80. La importancia de los empates, como el conseguido meritoriamente ante el Eldense. El tercer partido con derrota ha sido el de este sábado contra el Cornellá, en el que el equipo apenas ha comparecido.

El presidente Santiago Morales ha garantizado tras el partido el firme compromiso de los propietarios de poner todo de su parte para que el Numancia regrese al sitio que acaba de perder. El sitio de cualquier equipo es en el que está, y las exigencias o ambiciones desmedidas de poco sirven, porque todos los equipos salen a jugar al fútbol y todos los partidos de la temporada que viene empezarán empate a cero.

Desde luego, mucho trabajo le va a tocar hacer al club, al que le espera un verano interesante en todos los aspectos. No parece probable que continúen muchas personas de la parcela deportiva de este primer equipo, que acompaña con su descenso al filial, descendido a Preferente después de dos décadas en Tercera. La gran alegría la han dado los juveniles, con su ascenso a División de Honor Juvenil, aunque esta temporada ha vuelto a verse que la cantera cuenta poco para el primer equipo. De los dos canteranos que regresaron, Vicario no ha jugado y David González, que estaba siendo quizás el jugador más diferencial, se lesionó a finales de noviembre en el campo del Barcelona B (ligamento cruzado anterior de rodilla) y no ha vuelto a jugar.

A partir de finales de agosto o principios de septiembre, el Numancia comenzará su segunda temporada en Segunda RFEF, el cuarto escalón del fútbol español, con 90 equipos en cinco grupos de 18. Este descenso ha sido mucho más doloroso que el anterior, porque nadie lo veía venir hasta hace cuatro días y porque ese anterior, el de 2021, no fue un descenso como tal sino una consecuencia de la redistribución de las categorías tras la desaparición de la Segunda B.

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