Como cada primer domingo de septiembre, quizás este año un poco más por ser día 1, miles de personas han disfrutado en Almazán de unos minutos únicos: los que tarda el Nazareno en recorrer la plaza Mayor de la villa en su recorrido entre la iglesia de Campanario y su ermita, la de Jesús.
La imagen parte de Campanario a las 21.30. A esa hora ya hay miles de personas apostadas en la plaza, y muchas también en diferentes puntos de la villa para tener una visión diferente de lo que sucederá después.
La procesión tarda media hora en llegar a la parte alta de la plaza Mayor. Ya es noche cerrada. La Torre del Reloj da las campanadas que anuncian las 22.00 horas y entonces todo se rompe e ilumina. Durante unos minutos, kilos y kilos de pólvora arden en un traca sin igual que atruena y emociona a los presentes.
Con ese clímax final sin fuegos, solo ruido, la imagen de Jesús da la vuelta para entrar a su ermita. Una vez dentro, centenares de adnamantinos y visitantes forman un larga cola para entrar también al templo y rendir pleitesía al Nazareno que, un año más, hizo arder un pueblo.
