El entrenador de BM Soria, Jordi Lluelles, aborda el estreno ante BM Arroyo con la satisfacción de una buena pretemporada. El partido será a las 19 horas en el San Andrés, después de que los sorianos hayan ido de menos a más en la preparación con tres victorias, dos empates y una derrota, algo anecdótico en cualquier caso, pues se trataban de duelos amistosos.
La hora de la verdad comienza con 30 jornadas por delante "en las que tenemos que estar concentrados" con el objetivo de "soñar a lo grande", pero con la seguridad de que "tenemos que trabajar como hormigas". De hecho, el técnico amarillo, que por primera vez en mucho tiempo ha podido mantener un bloque de una campaña a otra, lo que unida a la mayor experiencia del grupo le permite un punto de partida óptimo, pretende fijar pequeños objetivos para centrar a sus jugadores en los desafíos a corto plazo. También quiere preparar a los suyos para lo peor, pues es consciente de que habrá muchas situaciones complicadas a lo largo del curso que pondrán a los jugadores en crisis.
El preparador amarillo cree que tiene una plantilla más equilibrada que la del curso pasado, con veteranía y juventud, en la que eso sí, no estarán jugadores con mucho peso en las últimas campañas como Castillo. "Es un jugador muy querido y era un muro en el que apoyarme", relata, aunque cree que gracias a la labor de Fernando Sánchez Siscart como segundo entrenador, y la llegada de Juli, el equipo sigue teniendo referentes.
Sobre la visita de BM Arroyo, Lluelles destaca que es uno de los encuentros más difíciles para preparar de los que se ha encontrado en mucho tiempo. Y es que los vallisoletanos son un equipo descendido que ha contado con la repesca federativa, ha empezado tarde su preparación y apenas ha tenido encuentros amistosos que haya podido ver. "Hay mucha incertidumbre", afirma sobre lo que cabe esperar, por eso prefiere que su equipo empiece desde esta jornada a plasmar "el equipo que queremos ser".