Naturaleza

2024, un año de pájaros en Soria (31): Nos quedamos sin gangas en Soria

Ganga ortega 1. Alfredo López Hernangómez
photo_camera Ganga ortega 1. Alfredo López Hernangómez

Sección escrita por Juan Luis Hernández, de SEO Soria
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Lejos de la visión comercial que puede tener ese titular, lo que queremos indicar es lo mal que le va en los últimos tiempos a una especie de ave esteparia, la ganga ortega (Pterocles orientalis), antaño habitante por cientos en los campos y barbechos sorianos. Hoy quizás no haya ya 200 individuos en toda la provincia y se estima que no llegan a 7.000 en toda la península.

El declive de esta bellísima especie de ave está ligado, como otras muchas especies, a las transformaciones de nuestros campos. No ha podido adaptarse a las concentraciones parcelarias, a la intensificación y mecanización, a la práctica desaparición de los barbechos que era donde sacaba adelante sus polladas… una concatenación de factores que hacen que su voz, un “churrr” fuerte y característico, sea muy difícil ya de escuchar en nuestros campos y páramos.

A pesar de que es una especie muy hermosa, de aspecto de paloma marrón con los machos con la cabeza y cuello grises, con la garganta roja y el vientre marrón, la dificultad para observarla y lo rápido que escapa del observador hace que haya sido esa voz la que la identifique.

Y es curioso, porque en la provincia de Soria, ese mismo reclamo descrito se percibe de forma distinta, lo que le ha valido varios nombres vernáculos. Así, por ejemplo, en la meseta central, el entorno de Soria hacia el Campo de Gómara, es conocida como “chorla”. Por debajo del Duero, en el sur, el vernáculo es “turra”. Y en los terrenos llanos de la ribera, en la comarca de El Burgo y San Esteban, es “cortezón” como se ha conocido.

Ganga ortega 2. Alfredo López Hernangómez
Ganga ortega 2. Alfredo López Hernangómez

Especie residente, aunque con movimientos poco estudiados en invierno, es ahora, todavía, el momento en el que los pollos empiezan a volar. Es increíble pensar cómo pueden aguantar las temperaturas altísimas que hay en estos veranos mesetarios. La hembra pone 2-3 huevos directamente en el suelo desnudo. Y los pollos, al poco de nacer, abandonan el nido y pueden comer por sí mismos.

Es sabido la original forma en cómo los progenitores llevan agua a sus pollos. Localizada una balsa o similar, los adultos empapan las plumas de su pecho y vuelan raudas hacia el nido. Una disposición especial de las plumas hace que el agua se conserve y los pollos puedan “beber” de ahí, siendo los machos más efectivos en esta tarea.

Como decía, pocos son los sitios en los que podemos ver a las ortegas hoy.  Relegada a algunos páramos y lomas calcáreas que se encuentran entre zonas de cultivo, son algunos de estos espacios situados en Villaseca de Arciel y Almazul, en Noviercas, en Deza y entre Monteagudo de las Vicarías y Almaluez los que albergan las últimas gangas sorianas. Si no se toman medidas adecuadas, esta especie, desaparecerá para siempre de nuestros campos. La “ganga” que supone ver las chorlas, a las turras, a los cortezones será todo lo contrario: un lujo imposible.

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