La peligrosa moda para adelgazar de los nuevos anabolizantes inyectables

El consumo de anabolizantes se ha disparado en los últimos años como consecuencia de la obsesión por el culto al cuerpo. Los efectos secundarios que provoca en el organismo son en muchos casos irreversibles, generando un claro peligro para la salubridad. Los Moduladores Selectivos de los Receptores de Andrógenos (SARMS) son los anabolizantes de moda, pues han evolucionado de tal modo que en lugar de inyectarse se ingieren por vía oral.

Además se encuentran a disposición de cualquier usuario, pues cada frasco puede adquirirse por unos 60 euros, siendo su coste de producción para los fabricantes de apenas un euro. Hay que tener en cuenta que los SARMS son similares a los esteroides, pues se unen a los receptores de andrógenos y provocan cambios importantes en el ADN que repercuten en la capacidad de crecimiento de los músculos.

Los SARMS suponen modificaciones a partir de la molécula de la testosterona y son medicamentos en experimentación, por lo que su distribución y venta es ilegal. Además, un consumo incontrolado de éstos puede provocar problemas de próstata, pérdida de cabello y acné, entre otros efectos colaterales.

Sus efectos secundarios

Es cierto que los SARMS poseen muchas ventajas para la medicina, siempre y cuando se controle su aplicación selectiva sobre el organismo. No obstante, la ostarina es la que se presenta como la más eficaz frente a problemas como la osteoporosis. Si se toman por vía oral, los SARMS llegan a ser altamente tóxicos para el hígado, provocando la aparición de tumores a largo plazo.

Frente a ésta, la cardarine se presenta como otra de las sustancias que se ha puesto de moda en el deporte al ser considerada como un eficiente quemador de grasa. Sin embargo, respecto a los quemadores de grasa se han constatado efectos secundarios y aunque la cardarine no se considera un SARMS, su consumo sí que puede representar un problema sobre la salud a medio y largo plazo, tales como el desarrollo de cáncer; extraído de las pruebas que se hicieron con ratones.

Si no cuentan con respaldo clínico, los quemadores de grasa pueden provocar efectos secundarios importantes como: hipertensión, dolores de cabeza, ansiedad e insomnio. Para evitarlo lo mejor será leer bien la formulación y conocer los efectos adversos antes de ingerirlos, tomarlo en las primeras horas del día y consultar con un médico sus efectos, sobre todo en caso de padecer enfermedades como hipertensión o diabetes.

La perspectiva de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU

En este sentido, la FDA advirtió sobre su uso y peligrosidad a los consumidores, especialmente adolescentes que se guían por los anuncios en internet para ganar masa muscular, aumentar el rendimiento atlético o mejorar su apariencia física. Los SARMS imitan los efectos de la testosterona y los esteroides anabólicos, y aunque se comercializan como suplementos dietéticos, son vendidos como uso exclusivo para investigación.

Por todo ello, la FDA ha emitido cartas de advertencia a compañías que venden productos no aprobados comercializados como SARM. Además se invita a sanitarios y consumidores a reportar los posibles efectos secundarios que posean.

Su poder de distribución

Actualmente existen muchas empresas con sede en Reino Unido que se dedican a su producción para satisfacer la elevada demanda existente. También en España figuran empresas que los venden como productos químicos de laboratorio de investigación, y no recomendados para el consumo humano.

Todo esto ha llevado a que en los últimos años las búsquedas en Google de SARMS se hayan disparado. De hecho, el análisis del ‘fatberg’ de Londres, que analiza la materia orgánica depositada en las alcantarillas, ha encontrado cantidades mayores de SARM que de MDMA y cocaína.

Hace algunos meses, la Unidad Central Operativa (UCO) y la Guardia Civil desmantelaron, tras dos años de investigación, la primera red criminal en España dedicada a la importación, fabricación y distribución de SARMS. La operación, bautizada como ‘Sahagún-Arán’, importaba el principio activo de China en forma de polvo. Posteriormente en España se compra un disolvente farmacéutico para que un laboratorio realice las mezclas oportunas y se envasen en frascos en forma de gotero.

En la operación se llegaron a intervenir más de 10.000 envases con la marca Ibero-Sarms, percibiéndose variaciones entre el etiquetado y el código de barras de la caja. Además la publicidad se realiza con influencers y youtubers rozando los límites de la legalidad. Distribuidos especialmente por gimnasios, poseen sus clientes especialmente en las zonas de Levante y Andalucía Oriental.

Pedro Manonelles, especialista en Medicina del Deporte, asegura que los SARMS aparecieron en el dopaje hace unos diez años y que cada vez hay más variedades prohibidas debido a sus efectos adversos. Fuera del ámbito hospitalario y sin control médico son altamente peligrosos.