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Educación en Derechos Humanos

El pasado martes, 10 de diciembre, celebrábamos el Día de los Derechos Humanos:  unos principios fundamentales que garantiza a la humanidad unas condiciones mínimas de dignidad bajo la que vivir. Unos Derechos que deben de ser tomados  como estandarte para lograr una sociedad justa. Unos Derechos que, por tanto, deben abanderar el buen hacer de los docentes en las aulas escolares.

Muchas veces, en los colegios tendemos a relegar a un segundo plano la Educación en Valores frente otro tipo de conocimientos más instrumentales. Pecamos de pensar que es más importante un cálculo mental rápido o una fluidez lectora que educar a nuestros alumnos en unos principios de respeto y tolerancia a los demás. Las exigencias de la sociedad actual, la competitividad a la que nos tenemos que someter nos llevan a veces a priorizar todas esas asignaturas que “cuentan para nota” antes que la educación en valores.

Para subsanar estos déficits aparecen entidades como Amnistía Internacional, que tiene como finalidad principal garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos alrededor de todo el mundo. Y lo hacen a través de distintas áreas. Quiero centrarme especialmente en el área de Educación, ya que este blog versa sobre ello.

El trabajo del área de educación de Amnistía Internacional se estructura a través de una Red de Centros, construida con entidades educativas de todo tipo, a través de las que se pretende llegar a aquellos que serán nuestra sociedad del futuro y promover entre ellos una concienciación y sensibilización ante el respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos. Hay muchas formas de desarrollar esta tarea. Como aparece en su página web, pertenecer a la Red es un compromiso flexible, que se adapta a las necesidades de cada centro. Todo ello con el fin de convertir el centro escolar en un espacio de reflexión sobre nuestros derechos y los derechos de las demás personas, en un marco participativo e interactivo, en el que no solo participan los alumnos, sino que también lo puede hacer el resto de la comunidad educativa.

Como respuesta, Amnistía Internacional  pone a disposición de los centros materiales de lo más diversos, que ayudan a los docentes en la concienciación por los Derechos Humanos. Los colegios se comprometen a transmitir esos valores con acciones concretas, como la celebración de días internacionales de activismo en relación con los DDHH (el Día Escolar de la Paz y la No Violencia, el Día Internacional contra la Utilización de Menores Soldados, etc.) y la oenegé responde a este compromiso con propuestas didáctica específicas, adaptadas a cada celebración y a cada nivel educativo, de forma que el centro en cuestión siempre encontrará la manera más adecuada de llegar a su alumnado. Por otro lado, los centros educativos estarán informados sobre exposiciones  que realiza AI -y que pueden ser llevadas a las escuelas-, sobre las giras de defensores de derechos humanos que vienen a nuestro país. También podrán contar con la presencia de activistas de Amnistía para presentaros nuestro trabajo, y recibirán información sobre los cursos on-line sobre derechos humanos que regularmente se llevan a cabo.

Una de estas experiencias fue la que acogieron la EU de Educación y el colegio Nuestra Señora del Pilar el pasado viernes, 13 de diciembre. Hasta Soria llegó Claudia, una defensora de los DDHH que reside en España desde hace año y medio, y que ofreció al alumnado de ambos centros una visión del mundo a la que no están acostumbrados: la realidad que se vive al otro lado del océano. Una experiencia, ejemplo perfecto de vulneración de los DDHH, que no dejó indiferente a nadie.

Y es que hay algo que no podemos olvidar, y menos si en esta vida nos ha tocado desempeñar un rol tan importante como el de maestros: que, ante todo, antes de ingenieros, médicos o arquitectos, somo seres humanos, con unos derechos que deben ser respetados alrededor de todo el mundo.