Una parada en el camino. Hoy, por la N-110 rumbo a Segovia, una catedral subterránea

Se trata de un lugar interesante tanto por su belleza como por su valor arqueológico

Soria es una provincia habituada a viajar, bien por motivos educativos, sanitarios, administrativos, deportivos, comerciales o familiares y, cómo no, turísticos. Ante la carencia de una gran oferta de transporte público que conecte a la ciudad con otras capitales de provincia, los conductores sorianos deben discurrir por algunas de las principales vías de comunicación como son la N-111 para ir a La Rioja, la N-234 para desplazarse a Burgos o Teruel, la N-122 para desplazarse a Valladolid o Zaragoza, la N-113 a Pamplona, sin olvidar la A-11 que pone rumbo a Guadalajara o la N-11o hacia Segovia. De hecho, en buena parte de estas vías, por no decir en todas, los conductores sorianos tienen paradas recurrentes en diferentes establecimientos hosteleros que permiten descansar y hacer los viajes más amenos. En este monográfico, este es el tercer episodio que intenta trasladar propuestas turísticas sin apenas desviarse de la ruta, todas ellas fuera de la provincia, para contribuir a estirar las piernas en los próximos viajes, sean vacacionales o no. Leer parada 1, Leer parada 2, Leer parada 3, Leer parada 4 y Leer parada 5.

Quizá la N-110 es una vía menos frecuentada, aunque da acceso a dos espectaculares ciudades como Segovia y Ávila, ambas Patrimonio de la Humanidad. Por tanto, junto a la parada que proponemos, la ruta para disfrutar, por ejemplo, de un fin de semana, está servida sobre la mesa. En esta ocasión nos adentramos bajo tierra, en una catedral subterránea como la Cueva de los Enebralejos en Prádena (Segovia). Un lugar espectacular, esculpido por el agua durante miles de años, que como otros muchos tesoros de estos lares castellanos apenas cuenta con la fama que merece y que también sirvió para resguardar a los primeros pobladores.

Llegar a las cuevas desde Soria por la N-110 no puede ser más rápido ni sencillo. Por lo que cada minuto de la parada la podremos dedicar a disfrutar de la visita sin pérdida de tiempo. Se encuentra a 143 kilómetros de Soria, es decir, a una hora y 47 minutos. Después de pasar un pequeño tramo de autovía de la A-1, estaremos a punto de llegar a la localidad de Prádena, que es el municipio que atesora la cueva. En una larga recta, sale el desvío al pueblo que debemos tomar e incluso hay una señal con referencia turística para la cueva. Al desviarnos, seguiremos hacia el pueblo y a 500 metros saldrá el camino de acceso a la derecha (viene señalizado). Además, hay aparcamiento suficiente y un edificio de servicios. El lugar, muy próximo a Somosierra, es muy bonito. Precisamente en esta zona se encuentra el acebal más importante del Sistema Central.

En el interior nos esperan 600 metros de cueva visitables de los 3.670 metros con los que cuenta que fueron descubiertos en 1932. El visitante podrá encontrar asombrosas formaciones de 40 millones de antigüedad. Además de ser la cueva más relevante de la provincia, cuenta con una belleza singular, quizá por lo inesperado que a veces supone este enclave para el viajero.

Pero a la belleza de la cueva, contribuye a dar valor a la visita el hecho de que se trate de un yacimiento arqueológico, pues fue utilizada como lugar de enterramientos en la Edad del Cobre, en el 2.500 A.C. También se han encontrado pinturas y grabados en su interior.

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