Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

8-10-2018. Bienvenidos de nuevo al bosque mágico de San Leonardo

He tardado menos de un año en rendir nueva visita a los alrededores más cercanos de la Fuente del Pino en la localidad soriana de San Leonardo de Yagüe.

En la anterior, en noviembre de 2017, dejé abierta la puerta a una nueva entrada en el caso de que lo que estaba sucediendo en ese lugar tuviera continuación.

Lo que está sucediendo es que alguien, aprovechando la belleza del lugar, la gran altura de los pinos y lo cercanos que se encuentran muchos de ellos entre sí, pensó que sería un buen lugar para que allí residieran duendes, elfos, gnomos, hadas y los demás animales fantásticos que con ellos suelen convivir.

A los pies de estos árboles se esconde un pequeño mundo de magia

Si en 2017 apenas había dos o tres viviendas para estos seres, en estos meses la familia ha crecido notablemente.

Han sido aprovechadas otras cavidades de los árboles para instalar en ellos pequeños habitáculos para la residencia de los habitantes del bosque. A algunos de ellos los sorprendimos de vacaciones o cogiendo setas y otros estaban durmiendo, así que no fue posible entablar relación con ninguno de ellos.

La infraestructura de la ciudad también ha aumentado: hay un pequeño puente para cruzar el río e incluso un columpio situado entre dos árboles, parecido a estos parques de cuerdas en los que se divierten los humanos y de los que en Soria también existe alguno en esta misma zona de Pinares.

Como expliqué en la entrada del año pasado, para llegar a la Fuente del Pino hay que coger una calle que sale a la izquierda nada más llegar a San Leonardo si se va desde Navaleno. Está cerca del pueblo, a poco más de un kilómetro.

Lo lógico es pensar que son los niños las personas a las que más les gusta este mundo encantado que ha brotado junto a la Fuente del Pino. Ese pensamiento no está desencaminado del todo, pero por la Oficina de Turismo de la localidad se pasa mucha gente adulta, en edad de tener hijos y nietos, interesada en conocer este paraje y contentísima después de haberlo conocido.

El lugar tendría igualmente su encanto sin estos nuevos moradores, pero su presencia lo aumenta considerablemente.