Pagos de Valdefradas: un vino DO de calidad avalado por la altitud, el clima y la tierra y con planes de futuro

José García puso en marcha sus viñedos en 2018 en Zayas de Torre, con el reto de un Vino de Finca y ecológico y el objetivo de mostrar el origen
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José García (dcha) junto a su padre

En 2018 José García Lucas puso en marcha Pagos de Valdefradas, cerca de veinte hectáreas de viñedos ubicados en Zayas de Torre, un trabajo de la tierra que ha mamado desde pequeño en la bodega familiar, como es frecuente en la zona, pero en esta ocasión no para consumo propio sino con unas características muy diferenciadas y claras, avaladas por la altitud del terreno, los cambios de temperatura y las características del suelo.

Un proyecto diferenciador enmarcado en la Denominación de Origen Ribera del Duero, que apuesta por la calidad y con la vista puesta en el Vino de Finca y en la producción ecológica, así como en mostrar los orígenes del vino sobre el terreno, cerrando el círculo vitivinícola con catas y cursos.

De la comarca de la Ribera, José García se dedica a la agricultura pero inmerso en una buena inversión económica y con ilusión, "que así todo se saca" emprendió a su vez el camino de la vitivinicultura con el claro objetivo de producir un vino diferenciado ya, al final, "con la agricultura es igual tu kilo de trigo que el del vecino pero la viña es diferente".

DIFERENCIADOR

"Desde el primer momento se apuesta por la calidad, con unos clones que garantizan la calidad de la uva y el patrón de la raíz teniendo en cuenta los análisis del suelo", explica. También se apuesta por el trabajo a mano, con cerca de 20 trabajadores en época de vendima y hasta 15 en las peonadas, con el fin de no dañar la viña ni los racimos con maquinaria.

Una de esas diferencias, cada vez más apreciadas por la Denominación de Origen Ribera del Duero, es la altitud del viñedo, a 973 metros, "vinos más frescos, con más acidez", no estar rodeados de más viñedos, lo que te aísla de otras enfermedades, la calidad de la tierra, los contrastes térmicos del día y la noche en Soria con un estrés hídrico que favorece a la uva.

El joven agricultor lamenta que la Denominación de Origen no esté tan arraigada en la provincia de Soria como lo está en Valladolid o Burgos, provincias con "plantas a pie del Duero, menos altura y suelos que nada tienen que ver" cuando es la Ribera soriana la que cumpla con mejores características.

También reconoce que cada vez más se da valor a las viñas viejas, de hecho hace unos años se puso en marcha la Asociación Bodegas Viñas Viejas de Soria para ponerlas en valor. Pero hace años no era así, por lo que la tradición era contar con un pequeño viñedo para consumo propio y un poco de venta, y donde casi el 50 por ciento de la producción era de uva blanca Albillo, algo que "se pagaba muy poco".

BÚSQUEDA DE LA CALIDAD

En la búsqueda por la calidad, se han ubicado más plantas por hectárea y entre planta para "cargarlas menos" y que den más calidad de uva, dejando la mitad de racimos para "que maduren mejor y con menos carga".

La formación en espaldera, por donde se guía la vegetación, no se ha hecho cordón simple sino con un vaso guiado con cuatro brazos por planta para diversificar la savia por los cuatros conductos, independientes entre sí, por lo que si uno de ellos da un problema quedan los otros tres libres.

"Una técnica  parecida a los vasos que ya utilizaban los abuelos en viñedos centenarios con más savia para la planta y menos riesgos de enfermedades de poda para la madera", explica.

Tanto el riego como el fertilizante van por una técnica de goteo pensada "no para producir más sino para ganar más calidad de uva". El riego es otro de los enigmas de este complejo mundo, con riegos largos de goteo se seis a ocho horas para que llegue hasta la raíz y solo durante la maduración de la uva.

Otro de los aspectos diferenciadores es la cubierta vegetal, un pasillo con hierba natural entre cada hilera de plantas, también para favorecer la pisada, mejorar el impacto visual y ganar calidad de la uva.

TRABAJO TODO EL AÑO

Aunque el trabajo más vistoso es el que se realiza en septiembre, con la vendimia, lo cierto es que los viñedos hay que mimarlos durante todo el año. En el mes de marzo se realiza la poda en seco, quitando aquella vegetación que se ha secado en el mes de octubre y con la que las plantas han pasado en invierno.

A finales de mayo o principios de junio es el turno de la poda verde, en esta ocasión para eliminar los brotes innecesarios de la planta, evitado así que se sobrecargue. Un mes después, en la época actual, llega el 'desnietado', una técnica de retirada de brotes que solo se realiza por un lado de la cepa, para que el racimo reciba aire y sol y esté más saneado, pero al quedarse entre el sol y la sombra también evita que se queme. 

El siguiente paso es el 'clareo de racimos' evitando sobrecargar la planta y ya, en agosto, el deshojado antes de realizar la vendimia, normalmente en septiembre.

UN FUTURO DE VINOS DE FINCA Y ECOLÓGICOS

Valdefradas empezó a producir por primera vez en 2020, 4.000 kilos de producción por hectárea, uva joven para crianza elaborada en bodegas Arzuaga, que todavía estará en barrica unos dos años antes de salir al mercado. Este segundo año se espera cosechar unos 500 kilos más hasta llegar a 4.500 o 5.000 kilos de producción.

El objetivo y en parte el sueño de José García es hacer Vinos de Finca y que "en un futuro en la etiqueta figure vinos de Viña Valdefradas" a través de acuerdos con otras bodegas, aunque no descarta tener la suya propia, pero algo que "a día de hoy" no se plantea.

Vinos de Finca es "el futuro de la Denominación de Origen" y algo muy arraigado en Francia, y se trata de aquel vino producido en una finca única y con unas características de tierra y de clima diferentes del resto y "por ahí van los tiros" del joven ribereño.

Aunque reconoce que vender a Arzuaga uva joven en el primer año de producción es todo un espaldarazo en consonancia con su idea con la que se embarcó en el proyecto.

Otro de los enfoques es el traslado a lo ecológico, algo que lleva su tiempo, al menos dos años de trabajo con análisis de suelo hasta que se compruebe que está libre de herbicidas y se obtenga el certificado.

CONOCER EL ORIGEN

Y para cerrar el ciclo del mundo de la vitivinicultura, en el centro de la singular finca, dividida por sectores en función del tipo de suelo con unos clones y patrones, se ubica una pequeña casita, centro de reuniones y en un futuro no tan lejano espacio para ofrecer cursos de poda y catas.

'Pago', denominado así al tratarse de un espacio natural con características propias y sin plantaciones colindantes y 'Valdefradas', nombre que da sitio al paraje, busca en definitiva no solo degustar el vino en la mesa, sino mostrar su origen, "mirar a la naturaleza, sin carreteras, saber de dónde viene, conocer el entorno, crear un Vino de Finca, dar a conocer la plantación y en definitiva, saber lo que estás bebiendo", algo tan claro como la idea en la que José García se embarcó en 2018.

Por Teresa Arroyo

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