La Dehesa se resiste a dejar de emular al emblemático parque Tiantian de Pekín

En el Alto de la Dehesa y también en Quintana Redonda es posible unirse a la práctica de gimnasia en grupo al aire libre, de forma gratuita, cualquier día del año gracias al Doctor Blasco
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Alrededor del corazón de Soria, el parque de la Dehesa, se pueden encontrar en un plato sabores y aromas del lejano oriente, y en su interior, además de algunos árboles endémicos de Asia, desde hace algo menos de una década, cada mañana se practica gimnasia oriental al aire libre de manera simultánea por casi un centenar de personas, en una estampa propia del emblemático parque Tiantian de Pekín, replicada a miles de kilómetros de distancia.

La gimnasia al unísono en los parques es una estampa muy habitual en China, y precisamente desde este país llegó a Soria aproximadamente en 2012, de la mano de un ciudadano chino residente en Soria, Yangke Hu. Durante años, cada día, Hu llevó a cabo su ritual de ejercicios matinales en el Alto de la Dehesa y poco a poco los sorianos se unieron para conformar una curiosa coreografía que se fue conociendo con rapidez por el boca a boca. Sin embargo, en el mes de noviembre del año pasado, tras varios cierres de la hostelería por la pandemia, Hu y su familia, que regentaban un restaurante en el centro comercial El Espolón, emprendieron viaje a la localidad madrileña de Alcorcón...

Pese a las malas perspectivas que se le podía presuponer a esta costumbre, la semilla estaba sembrada, la rutina ya formaba parte de la vida de casi un centenar de sorianos. Uno de estos ciudadanos es Luis Blasco, conocido médico de la capital, que llevaba cerca de cinco años aprendiendo con Hu y que ya había puesto en marcha un grupo similar en su pueblo, Quintana Redonda, así que no era de extrañar que alguien se lo propusiera. "Me tocó porque alguien lo tenía que hacer, me comentaron que lo hiciera yo y lo hice", asume Blasco con la misma naturalidad y fluidez con la que se desarrolla cada una de las sesiones matinales de la Dehesa. "A mí no me cuesta nada, me encuentro mejor arropado, con gente. La energía es mejor". No obstante, cuando algún día Hu fallaba a la cita diaria Luis y alguna persona más ya ponían su granito de arena sirviendo de guías para el grupo, después de haber mecanizado y aprendido un sinfín de ejercicios que se prolongan durante cerca de 40 minutos de duración. "Lo tengo muy mecanizado. El cuerpo te va pidiendo el siguiente ejercicio. Hay movimientos de descarga, para soltar", explica. Aunque podría hacer los ejercicios solo, en su casa, reconoce que el hacerlo en grupo es importante, además de ayudar a socializar a muchas personas. Por eso no es extraño que incluso en días de lluvia se congreguen más de 40 gimnastas.

Como prácticamente todo, la pandemia también rompió con el ritual diario durante el confinamiento estricto, si bien se recuperó en cuanto se permitió salir a la calle por franjas horarias. Entonces se estipuló una norma de sentido común que sigue en vigor: "Obligamos a mantener distancia de seguridad sanitaria. Si no, me voy", sentencia.

Hay que tener en cuenta que si bien es frecuente decir que esta actividad es taichí, lo cierto es que en realidad se trata de "una variedad activa de Chi Kung", explica el doctor. Son siempre los mismos ejercicios, realizados en el mismo orden y cada día del año, a la misma hora, en el mismo lugar, incluidos obviamente los festivos y tan solo interrumpidos, en muy contadas ocasiones, por el mal tiempo. Y aunque pueda parecer a simple vista por el estado de relajación de sus practicantes que carece de intensidad, lo cierto es que llevada a cabo con el rigor postural y la intensidad requerida, es capaz de poner a trabajar a todo el organismo. 

No obstante, la actividad física siempre es una importante herramienta para mantener el cuerpo en buena forma, en un tono físico saludable, pero además, en este caso, las bondades de esta rutina de ejercicios las explica un médico. "Son ejercicios muy buenos para la circulación de la sangre, con efecto vasodilatador, mejora el riego. Si se hacen bien se gana mucha flexibilidad porque se trabajan todos los músculos del cuerpo y todas las articulaciones. Permite drenar y estimular todos los órganos del cuerpo, el corazón, el riñón, los intestinos... Y además te da equilibrio", valora.

De hecho, no hay que olvidar la inspiración oriental de los movimientos, ya que aporta un valor adicional a esta rutina física. "El cuerpo sería un árbol. Las piernas son las raíces, por eso casi todos los ejercicios tienen un poco flexionada la rodilla. El tronco del cuerpo es el tronco del árbol y las manos y brazos son lógicamente las ramas", relata. El hecho de tener los ejercicios mecanizados, permite abordar otro aspecto fundamental, la respiración. "Hay que coger aire con la nariz y expirarlo por la boca. Cuando el ejercicio es más exigente, mantener la respiración es más difícil", indica, incidiendo en que las claves son, por tanto, la postura y la respiración. Al final se sale corriendo hacia atrás, porque potencia los gemelos, sóleo y lumbares. En definitiva, cuando se concluye, el practicante siente haber ganado en energía, relajación y paz. 

Quizá esta sea una de las razones por las que la actividad es, cada día, un éxito, con un comportamiento impecable de los componentes del grupo, que permiten que las sesiones discurran, a pesar de superar las 80 personas de diferentes edades, en absoluto silencio, con la única decoración añadida del cantar de los pájaros del parque. Irresistible.

Cabe destacar que no solo los vecinos de la capital tienen esta posibilidad de realizar estos ejercicios de origen oriental, ya que también sigue en activo un grupo en Quintana Redonda. "Hace dos años el alcalde, Sergio Frías, me lo propuso. El primer día pensábamos que no iba a venir nadie y vinieron 37 personas y llegamos a ir más de 60 antes de la pandemia", comenta. En la localidad cantarera Luis ha dado el relevo, aunque en verano quiere poder alternar las sesiones entre Quintana y Soria. Cada día son más de 20 personas las que realizan los ejercicios en el campo de fútbol del Cántaro o en la pared del polideportivo a las 10 de la mañana (en verano a las 9), trasladándose al frontón cuando llueve.

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