Raquel Álvarez, 22 años de medallas absolutas en una vida de saltos y atletismo

Desde 1999 y hasta ahora, la toresana afincada en Soria desde 2005 se ha mantenido en la élite de la altura española, con algunas incursiones en la élite europea
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Foto: Concha Ortega

HISTORIAS DEPORTIVAS En verano de 1999, una joven cadete de 16 años ganó la medalla de bronce en salto de altura en el Campeonato de España Absoluto celebrado en Sevilla, que un mes después acogió el Campeonato del Mundo. Saltó 1,72, y terminó por detrás de Marta Mendía y de Ruth Beitia.

El pasado 20 de febrero, en la pista madrileña de Gallur, esa misma atleta volvió a ganar la medalla de bronce en el Campeonato de España en Pista Cubierta, también en salto de altura. Con 1,74, la aventajaron Izaskun Turrillas y Una Stancev.

Raquel Álvarez Polo (Toro, Zamora, 13 de junio de 1983) lleva por tanto más de 20 años enfrentándose con el listón del salto de altura, derribándolo cientos de veces y franqueándolo muchas más. Han pasado 22 años y muchas cosas entre sus dos medallas absolutas.

Como todos los atletas, Raquel Álvarez empezó con las carreras. Con nueve años, quedó tercera en el Cross Fernando Marbán de su localidad, y el Club Ciudad de Toro la reclutó para entrenar: crosses en invierno, pista en verano. En pista, además de altura, tocaba la velocidad, las vallas y las combinadas, especialidades que luego retomó en algún momento del futuro.

Pero donde destacaba era en altura. Entrenando en Toro con su padre, Bartolomé, fue campeona de España Sub 16 y Sub 18. Su hermano, Rafael, también se dedicaba al atletismo.

Salto a Madrid

Aunque la tentaron para irse antes a Madrid, a la residencia Blume, esperó a terminar los estudios de Secundaria en Toro. Y ya en el año 2001 dio el salto a la capital para dedicarse de una manera más centrada al atletismo (en Toro ni tocaba las pesas) y para comenzar los estudios de Enfermería.

En Madrid estuvo hasta el año 2005, entrenada por Pedro Espinosa. Siguió ganando Campeonatos de España tanto en categoría Sub 20 como en su primer año Sub 23.

En ese año 2005, y terminada ya la carrera de Enfermería, decidió marcharse a Cardiff (Gales, Reino Unido) a ejercer la profesión, con el objetivo también de mejorar el inglés.

Con las maletas preparadas, recibió una llamada del CAEP Soria para empezar a entrenar en la ciudad del Duero a las órdenes de Gustavo Adolfo Becker. Todavía con 22 años, pensó que aún podía probar un año más con el atletismo, y llegó a la ciudad con la idea de permanecer una sola temporada.

Ese primer año, sin embargo, las cosas se le dieron ya bien. En la pista cubierta de 2006 se elevó por encima de 1,85 y logró la medalla de bronce en el Campeonato de España celebrado en San Sebastián. Terminó contenta ese primer y teóricamente único año en Soria, así que optó por seguir uno más, y otro, y otro... hasta ahora.

Foto: Elisa Guijarro

Trabajando en Quintana Redonda

De ese primer año recuerda que, en la cola de la Escuela Oficial de Idiomas, surgió una conversación de una plaza libre en Enfermería en la residencia de Quintana Redonda. Raquel Álvarez empezó a trabajar entonces allí, y en ese puesto continúa 16 años después, aunque ahora se encuentre de excedencia debido al reciente nacimiento de su hijo Leo.

Ese 2006, la toresana sumó una nueva medalla absoluta. En la década posterior consiguió varias preseas de plata y bronce tanto en verano como e invierno, pero el oro estaba 'prohibido': Ruth Beitia lo ganó bajo techo de manera ininterrumpida entre 2002 y 2017 y al aire libre entre 2006 y 2017 (también en 2003, ya que 2004 y 2005 los títulos fueron aún para Marta Mendía).

En 2018, tras la retirada de la campeona olímpica, Raquel Álvarez lo tuvo cerquísima en pista cubierta: plata en Valencia. Al aire libre, sin embargo, lo logró: campeona de España absoluta en Getafe, por primera vez en su carrera... el mismo año que consiguió ser campeona de España en la categoría Master para mayores de 35 años, en Málaga.

Desde su llegada a Soria hasta hoy, con tantas y tantas competiciones, se pueden destacar sobre todas dos grandes temporadas y otras dos en las que las grandes enemigas de los deportistas, las lesiones, fueron las protagonistas.

Sus dos principales lesiones

La primera de esas dos lesiones de importancia fue en 2008, cuando se perdió la temporada completa al aire libre. Sufrió una fractura de estrés en el astrágalo y el escafoides que la obligó a permanecer alrededor de seis meses con muletas. Ahora recuerda riéndose que durante los ejercicios de recuperación aprovechó para leer sagas y sagas de libros.

Con ayudas de la Federación Española para acudir a médicos en Madrid y Barcelona, todo el grueso de la recuperación lo vivió en Soria gracias a las facilidades de instalaciones y personal que ofrecen la ciudad y el CAEP.

La segunda gran lesión fue en el año 2016, a finales. El tendón que tantos problemas le había ido dando durante su carrera terminó rompiéndose. A punto de cumplir 34 años, en marzo de 2017, fue operada en Madrid por el doctor Capapé.

Tanto la operación como los meses posteriores transcurrieron bien y, gracias a esa pasión por el atletismo y a la ilusión por competir en categoría Master, volvió a la práctica activa del atletismo.

Sus dos grandes temporadas

En estos 20 años en la élite del atletismo español, Álvarez ha tenido dos temporadas en las que además ha conseguido meterse o estar a punto de meterse en la élite europea.

La primera fue en 2011, un año en el que "se me alinearon los astros, y comprendí que para el salto de altura tan importante como la parte física es la mental, tener confianza, visualizar los saltos...". En invierno, después de pocos entrenamientos y sin apenas trabajar la técnica, ya logró saltar 1,80 en un control en Soria.

Era el 29 de enero. Su segunda competición ese año fue el Campeonato de España en Valencia el 19 de febrero: gran mejor marca personal con 1,88 y plata tras Beitia. Ese registro le abría las puertas para acudir al Campeonato de Europa de París en pista cubierta. Sin embargo, la RFEA le pedía repetir esa marca ante su escasez de competiciones. Siete días después volvió a hacer 1,88 en Valladolid y fue seleccionada para su primera (y única en su carrera) gran competición con la selección española.

En París, saltó 1,75 a la primera, 1,80 a la segunda y 1,85 a la segunda. No pudo con 1,89, lo que habría sido su mejor marca, y finalizó en la vigésima primera posición.

Su segunda gran temporada llegó cinco años después, en 2016. Sobre todo, la pista cubierta: hizo seis competiciones, todas ellas por encima de 1,80. La mejor de todas fue el Campeonato de España de Madrid, el 6 de marzo, en la recién estrenada pista de Gallur. Aquel día, Raquel Álvarez fue plata con 1,90. Es su mejor marca de siempre, tanto en pista como al aire libre.

Ese 1,90 estaba lejos de ser mínima para el inminente Mundial de Portland en pista (1,97) pero sí era mínima para el Campeonato de Europa al aire libre de ese mismo año en Amsterdam (1,90 justo). Su plan para ese verano era preparar Amsterdam (segunda semana de julio) y, en la capital neerlandesa, intentar hacer una gran marca para soñar con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (1,94).

La plata de los Juegos Iberoamericanos de Río

Dos meses antes, el 14 de mayo, Álvarez había sido plata en los Juegos Iberoamericanos celebrados precisamente en Río por detrás de la estadounidense Chaunte Lowe y de la brasileña Valdileia Martins. Fue plata porque Lowe no contaba para la clasificación, aunque la española guarda de aquel día las dos medallas: de plata (de los Juegos) y de bronce (de la competición en sí). Martins y Álvarez hicieron 1,84, y el oro se decidió porque la atleta del CAEP lo saltó a la segunda.

Mientras pensaba en Amsterdam, la RFEA volvió a decirle que tenía que ratificar su estado de forma saltando al menos 1,87, a pesar de que ganó varias competiciones de clubes sin forzar, solo para sumar puntos para su club. Aunque solo había tres atletas españolas con mínima (Beitia, Claudia García y Álvarez) y por tanto podían haber ido las tres, la zamorana finalmente no pudo saltar ese 1,87 y se quedó sin viajar a Amsterdam.

Durante más de año y medio, desde el 30 de junio de 2016 hasta el 13 de enero de 2018, debido a esa lesión en el tendón de Aquiles, Raquel Álvarez no participó en ninguna competición.

El oro de 2018 en Getafe

Comenzó ese año una nueva etapa en su vida. En 2018, como ya se ha comentado, fue plata y oro en los Campeonatos de España tras la retirada de Beitia. En 2019, fue bronce en pista cubierta en Antequera. Al aire libre, en La Nucía, terminó cuarta a pesar de su muy buena marca de 1,81 en un curso de alto nivel medio.

Y el año pasado, el 19 de junio de 2020, nació Leo, su hijo. Durante el embarazo y después del nacimiento, Raquel Álvarez no detuvo por completo su actividad física, aunque lógicamente la fue adaptando a su condición, por lo que anima a todas las madres a no olvidar esta parte deportiva. En septiembre, todavía muy despacio, empezó a hacer entrenamientos específicos pensando en el salto de altura y en la próxima temporada. Todo ello, siguiendo el criterio del que ha sido su entrenador en los últimos años, Enrique Márquez, padre de Leo.

La atleta, "no sé si por las hormonas del embarazo", se sentía "rápida y ligera" en el comienzo de esta temporada, hasta el punto de que se elevó sobre 1,79 en un control en Soria el 11 de febrero del presente 2021. Tenía mucha ilusión en el Campeonato de España, el primero al que se presentaba como madre y de nuevo en Gallur, en Madrid, donde logró el 1,90. Esa ilusión se tradujo en la medalla de bronce ya comentada al principio.

Para este verano, Raquel Álvarez tiene renovadas ilusiones en dos caminos. En el individual, mantener estas sensaciones del invierno, sobrepasar de nuevo los 180 centímetros y luchar por las medallas en el Campeonato de España. En el colectivo, ayudar a que el joven club de Las Celtíberas ascienda a Primera división.

Oro y plata europeos con el Valencia en Portugal y Turquía

Clubes

Las Celtíberas, su actual club, es de hecho una más de la larga lista de entidades a las que ha defendido en su carrera, entre ellas las mejores de España: Ciudad de Toro, Univesidad de Salamanca, AA Catalunya, Marathon, Playas de Castellón, Puma Chapín Jerez, Puerto Alicante OHL y nada menos que siete temporadas en el Valencia Terra i Mar (luego llamado Valencia Esports), hasta 2017. En la edición de 2014 contribuyó con su tercer puesto a ganar la medalla de oro en la Copa de Europa de Clubes celebrada en Vila Real de San Antonio (Portugal), y en 2016 ella repitió tercera plaza en Mersin (Turquía), y el Valencia fue plata. Antes de la constitución de Las Celtíberas, además, estuvo un año en el Numantino, en 2018, con el que fue campeona de España.

El logrado con el Valencia en 2014 no es su único título internacional, pues en septiembre de 2018 se proclamó también en Málaga campeona del mundo Master W35 con 1,75. Es la única persona que el mismo año ha ganado el oro en el Campeonato de España Absoluto, en el Master y en el Mundial Master.

El oro del Mundial Master de Málaga

Además de las ya citadas de París y Río de Janeiro, Raquel Álvarez ha defendido en otras competiciones la camiseta de la selección: el Mundial Sub 18 de Bydgoszcz, Polonia, en 1999 (9Q), la Olimpiada de la Juventud de Esbjerg, Dinamarca, también en 1999 (11ª), así como algunos encuentros internacionales en todas las categorías desde Sub 18 hasta absoluta.

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Curiosamente, uno de esos encuentros fue en Valencia en 2013, y en él no compitió en altura sino en pentatlón, una especialidad que ya conocía de sus inicios y a la que regresó con buenos resultados de manera simbólica en algunos momentos. Otras incursiones fuera de la altura han sido en velocidad, vallas y relevos, con marcas de interés considerando que no son sus pruebas específicas.

Su medalla de plata en Gallur, con el recuerdo de su 1,90

Sus récords de España

Raquel Álvarez figura en las posiciones más altas del ranking español de todos los tiempos en casi todas las categorías, empezando por la absoluta, donde solo Mendía y Beitia han saltado más que ella (Claudia García y Saleta Fernández también tienen 1,90). Como Sub 16, además, ha llegado a tener los récords de España tanto al aire libre como en pista cubierta. Al aire libre igualó en 1998 con 1,74 la marca de Ruth Beitia de cuatro años antes, hasta que ambas fueron despojadas del primer lugar por Sandra Yaw en 2000 (1,75). Mucho más le duró el récord en pista cubierta: saltó 1,73 en 1998, se lo igualó Raquel Luqui en 2005, pero hubo que esperar hasta 2019 para que Celia Rifaterra saltara 1,74.

En aquella época de su vida, Raquel Álvarez apenas venía a Soria una vez al año, para el Intercomunidades que se suele celebrar justo alrededor de su cumpleaños, como todavía recuerda. Recuerda igualmente que, en aquellos días, Soria le parecía muy lejana pues no deja de estar al otro lado de la Comunidad respecto a su Toro natal.

Ahora lleva casi tantos años en Soria como en Toro, disfrutando en la ciudad, consiguiendo éxitos individuales y colectivos, y siendo espejo para las nuevas generaciones del atletismo soriano.