Aporso lamenta una "restrictiva" ordenanza sobre purines que "no solucionará los olores de Almazán"

El Ayuntamiento criminaliza a las granjas pero no eliminará los malos olores, que proceden de otras fuentes”, asegura el vicepresidente de los Productores de Ganado Porcino

La nueva ordenanza de purines recientemente aprobada por el Ayuntamiento de Almazán dificulta la labor de los empresarios del porcino, pero no solucionará los problemas de malos olores en la villa, en opinión de la Asociación Provincial de Productores de Ganado Porcino (APORSO), que considera que no proceden de las granjas, sino “de otras fuentes como la planta de purines o los residuos industriales”.

La ordenanza es “bastante restrictiva” según la califica el vicepresidente de APORSO, Raúl Labanda, que no entiende el proceder del Ayuntamiento adnamantino con un sector que ha aumentado su productividad durante la pandemia, convirtiéndose en generador de empleo y riqueza para los ayuntamientos del mundo rural.

La nueva norma local impide a los productores abonar con purín desde el 22 de junio hasta el segundo domingo de septiembre y establece una franja de 1.500 metros de anchura alrededor del suelo urbano residencial.

“Impedirnos usar el purín para fertilizar durante casi 3 meses es excesivo” en opinión de los empresarios del ramo, expresada por Labanda, quien considera que el verano es el mejor momento para dejar estas balsas vacías por las necesidades de abono del regadío.

Los empresarios de porcino lamentan que no se hayan tenido en cuenta las aportaciones realizadas desde la Asociación al alcalde en la reunión mantenida con Jesús María Cedazo en enero del pasado año.

“Salimos muy contentos de aquella reunión, pero al final no han tenido en cuenta prácticamente ninguna de nuestras consideraciones”, se lamenta el vicepresidente de la sectorial, que entiende la necesidad de no fertilizar con purín “en festivos, fines de semana e incluso agosto”, pero considera perjudicial para el sector el plazo impuesto por la nueva normativa.

La ordenanza impide, además, abonar con purín a kilómetro y medio del casco urbano. “Impide así que casi todas las fincas del pueblo puedan recibir purines, sobre todo las de regadío, tan importante en Almazán”.

APORSO había solicitado al alcalde que la zona de exclusión se redujera de los 1.500 metros aprobados ahora a 1.000 metros de anchura, estableciendo como referencia el límite de la autovía. “El regadío de Almazán necesita el purín y lo necesita con más razón en verano, cuando intensifica sus necesidades de fertilización”, insiste Labanda.

El vicepresidente de la Asociación cree que, con esta ordenanza, el Ayuntamiento “criminaliza a las granjas” y no entiende cómo hace poco más de un año el alcalde se mostró receptivo a las consideraciones de APORSO, presentadas en febrero de 2020 como alegaciones, y no haya tenido en cuenta ninguna.

“No han tenido en cuenta la opinión de los profesionales del sector. Los empresarios estamos trabajando mucho en la modernización de nuestras granjas y en la investigación mientras crecemos y generamos empleo”, cree el vicepresidente de APORSO.

En plena pandemia, las granjas de porcino han seguido contratando, invirtiendo, creando empleo, “y seguimos aportando riqueza al mundo rural estando al día en todo tipo de impuestos y tasas, siendo sector tractor para otros gremios y creando empleo”, insiste Labanda, que considera que ordenanzas como la aprobada en Almazán suponen “un freno” para los productores de porcino de la provincia.

APORSO es una de las 44 Asociaciones que forman parte de la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES).