¿Compro o alquilo?: El renting de vehículos gana cada vez más adeptos

Basta con escoger el vehículo más ajustado a las necesidades mediante una cuota mensual

Basta con escoger el vehículo más ajustado a las necesidades mediante una cuota mensual, el renting de vehículos nos proporciona todo tipo de posibilidades. Desde escoger el coche que queramos hasta librarnos de muchas de las responsabilidades que conlleva un vehículo.

Se acabó lo de comprar

Ante las vicisitudes de la constante innovación tecnológica, mediante la que año tras año los usuarios de todo tipo de servicios se encuentran ante la duda que confiere el exceso de variedad, el acierto se convierte en una sencilla cuestión de agudeza. En el mundo de la automoción, por ejemplo, la ingente cantidad de vehículos que presenta el mercado puede convertirse en una abundancia francamente frustrante. Especialmente, para quienes no encuentran un precio asequible ante la gran oferta de vehículos. No obstante, existen opciones para poder disfrutar de un buen coche al día, con toda la seguridad posible y, además, con grandes ventajas de financiación.

En ese sentido, el renting de vehículos se ha impuesto en el mercado de la automoción como un fantástico medio, tanto para particulares como empresas y autónomos, a través del que ahorrar dinero y ganar en prestaciones. Prueba de ello es la de servicios como los que concede https://rentingfinders.com/, donde con tan sólo pagar una cuota mensual podremos disponer de un coche con el seguro a todo riesgo incluyendo además revisiones, averías, neumáticos, ITV e incluso impuestos. Una solución más que acertada y que promete convertirse en una de las más demandadas por los conductores de hoy y del futuro próximo.

Un poco de contexto: modernidad líquida

A fin de apreciar mejor el contexto en el que el alquiler de vehículos deviene en una opción más plausible que su compra, es preciso abordar muy brevemente la filosofía del sociólogo británico-polaco Zygmunt Bauman. Según su teoría, las sociedades globales coexisten en lo que Bauman acuñó como modernidad líquida. Un estado posterior a la obsesión por preservar los valores, tanto materiales como inmateriales, que, fruto del exceso de información y de productos en el mercado, ha traído una nueva era de individuos desarraigados de cuanto pueden poseer. Es decir, con una clara tendencia al cambio continuo en lugar del mantenimiento de lo antiguo.

En otras palabras, y aplicado en el ejemplo automovilístico, si bien antaño la adquisición de un vehículo traía consigo la intención de preservarlo para siempre, hoy en día la variedad de modelos y tipologías detiene dicho impulso y nos mueve al cambio. Dado que la gama de coches es mayor, nuestras posibilidades también lo son y, por tanto, es más difícil conformarse con un solo vehículo en una vida. Motivo por el que, por una parte, y bajo la imposibilidad de comprar un coche tras otra para satisfacer nuestras necesidades, el renting aparece como una opción certera y eficaz ante la variedad. Pudiendo, por ejemplo, cambiar fácilmente de coche cada pocos años.

Conducir y descansar la responsabilidad

Asumido el concepto de modernidad líquida, y entrando en un plano de más utilidad por cuanto se refiere a sus usuarios, el renting nos desvincula de muchas de las pesadas responsabilidades que sí deberíamos atender tras comprar un vehículo. Como se ha comentado, alquilar un coche sale a cuenta porque, además de poder disponer siempre del modelo que queramos, tenemos la capacidad de librarnos de gastos colaterales como son las idas y venidas a un taller o pasar la ITV. Todo, mediante un alquiler a medio y largo plazo que, como recuerda Renting Finders, acostumbra a durar unos 4 años dada su rentabilidad.

En este caso, mientras que un vehículo propio nos carga de deberes y, a menudo, incluso de deudas, quitándonos también una parte importante de nuestro tiempo, los gastos adicionales del renting no corren a nuestro cargo. Es decir, la misma empresa se encarga tanto de gestionar todo tipo de trámites relacionados como de asesorar al cliente durante su elección. Además, estrenando un vehículo nuevo sin necesidad de pagar entrada ni depósito. Razón por la que, como se ha comentado, el renting está ganando cada vez más adeptos entre el público, donde cualquier exigencia del usuario es posible, cómoda y, lo mejor de todo, asequible.

Para particulares, autónomos y empresas

A grandes rasgos, el renting ha servido de gran utilidad a muchas empresas y autónomos para poder reducir los gastos de transporte o evitar desgastar su vehículo particular. Tomando un pequeño ejemplo, es más rentable para una empresa alquilar un coche de alta gama para las travesías de sus empleados que adquirir un coche nuevo que, tarde o temprano, acabará por ceder al paso del tiempo. Asimismo, muchos autónomos han apostado por este nicho del mercado por razones similares, pudiendo encontrar incluso furgonetas de alquiler para transportar materiales y otros bártulos.

Tocando un estadio más mundano, una gran cantidad de particulares también se ha ido interesando por el renting a lo largo de los últimos años. Ya no sólo con el propósito de conducir un coche mejor del que podrían costear en el mercado convencional, sino, simplemente, porque ello conlleva muchos menos gastos. Recordando así que basta con una cuota fija mensual para gozar de un servicio completo mediante el que paliar el desempeño de tareas como su mantenimiento o el seguro. En definitiva, una prueba de que, a pesar de cuanto Bauman pudo tachar peyorativamente de líquido en la modernidad, y como se ha dicho, el acierto es una mera cuestión de agudeza.

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